Cada vez es más habitual encontrar a personas que optan por hacerse con un ordenador portátil que les permita realizar las tareas que necesitan sin depender del mastodóntico pc de toda la vida, con un gasto de energía, recursos y espacio mucho mayor que el de uno de esos minicacharros (mac o pc). Las ventajas son obvias: los portátiles nos permiten concentrar el trabajo en un entorno mucho más reducido, y además, en el lugar que deseemos, sin depender de un espacio fijo. En ellos podemos utilizar aplicaciones como WhatsApp (sigue esta guía si quieres descargarlo en tu ordenador personal).
De hecho, solemos tener muchas dudas cuando le damos caña a nuestro portátil y lo usamos durante muchas horas, bien sea aprovechando la duración de la batería, bien conectado a la corriente sin perder autonomía. Hoy venimos a resolver una de las cuestiones más importantes en cuanto al uso eficiente de las características de nuestro ordenador portátil. ¿Tenerlo siempre conectado a la corriente afecta al rendimiento y duración de la batería? Hay opiniones para todos los gustos.
Esta es una leyenda urbana que durante mucho tiempo ha corrido entre los usuarios de portátil, esa que decía que al tenerlo siempre conectado la batería tendía a sobrecargarse y podía estropearse con más facilidad. No está de más recordar que no funciona exactamente así.
Las baterías de litio de iones integradas en nuestros portátiles (hace mucho que los modelos con batería extraíble dejaron de ser la tónica en el mercado) han sido diseñadas con mecanismos de protección por hardware lo bastante eficientes como para no sufrir ese supuesto escenario catastrófico, con un portátil que se incendia o una batería que estalla azarosamente.
Es posible que los modelos antiguos lo tuvieran más fácil para volverse locos e implosionar si permanecían conectados muchas horas, pero con los modelos de nueva generación es casi imposible que esto suceda. Al detectar una carga del 100%, nuestro portátil deja de cargar la batería y redirige la energía al propio relé del laptop, del que solo extrae energía una vez lo ponemos a funcionar de forma autónoma, sin estar conectado a la corriente.
La vida útil de la batería del portátil depende en buena medida del fabricante y del modelo de ordenador que elijamos, con auténticas bestias como los un MacBook con los nuevos chips M1, con una autonomía tres o cuatro veces superior a la duración media de la batería de otras marcas orientadas al entorno del pc. La capacidad de autonomía de un portátil de gama media estará entre 3 y 6 horas, aunque algunos modelos de alta gama superan esta franja con holgura durante el primer año de uso.
En este punto encontramos multitud de opiniones, y según la fuente a la que acudas, recibirás distinta información. Las guías más fiables a este respecto recomiendan dejar que el portátil se descargue hasta el 20% cada cierto tiempo ayuda a conservar mejor la batería. Este paso es importante para la renovación de los ciclos de carga, un concepto que afecta a la autonomía y rendimiento de nuestro portátil, lo tengamos o no conectado, y que es fundamental a la hora de elegir. Los ciclos medios de un portátil recién comprado oscilan entre 300 y 500 cargas, momento a partir del cual las baterías empiezan a degradarse y bajan su rendimiento.
No te dejes engañar: tanto si lo enchufas a la corriente como si lo utilizas sin conexión, una vez hayas completado un número determinado de ciclos de carga, la batería del ordenador perderá eficiencia y se degradará conforme pase el tiempo. Podrás seguir utilizándola, pero ya no te durará tanto como el primer día. Es esa obsolescencia programada (o pérdida de poder de carga) es algo normal, incluso aunque no lo utilices nunca ni lo conectes a la corriente.
Por tanto, es vital la elección de un modelo de portátil con una batería lo bastante potente como para darnos un buen servicio pasados unos años. A tal efecto, Internet es el paraíso de las reviews donde comparan marcas y modelos, para que la elección no sea un dolor de cabeza.
No obstante, sí hay algunas recomendaciones para alargar la vida de la batería y no sobrecargarla: utilizar el portátil en modo ahorro de energía siempre que puedas, reducir el brillo de la pantalla cuando te sea posible, evitar los cambios bruscos de temperatura cuando trabajes con él (calor extremo), reducir el número de aplicaciones abiertas al mismo tiempo. Se recomienda además no dejar la batería completamente descargada durante demasiado tiempo.