Para romper con alguien, para felicitar un cumpleaños, para decir que no vuelves a casa esta noche… los emojis están tan integrados en nuestro día a día que ya no sabemos escribir sin usarlos. ¿Quién no ha sentido que su mensaje se va a malinterpretar por no añadir un corazoncito, una cara o la estela de unas estrellitas al final de un WhatsApp? Están tan hasta en la sopa que la Real Academia Española (RAE), a la que se acusa de conservadora, ya ha lanzado algunas normas de estilo y puntuación para el uso de emojis.
Por ejemplo, sabemos, gracias Fundéu (la fundación asesorada por la RAE y patrocinada por la Agencia Efe que vela “por el buen uso del español en los medios de comunicación”), que emoji y emoticono son palabras sinónimas, aunque la primera haga referencia a las pequeñas figuras amarillas y la segunda a los símbolos creados con símbolos de puntuación, como :-) o XD. También nos dicen, entre otras, que se recomienda escribir los emoticonos separados por un espacio de las palabras y, habitualmente, de los signos de puntuación. Por lo general, se recomienda “respetar la puntuación que el enunciado tendría si no se utilizaran emoticonos o emojis”, así que la cosa cambia poco.
Aunque su uso está muy extendido, desde la Fundéu piden que se reserven para “situaciones en las que se aporten información o emociones que no son fáciles ni rápidas de expresar por otros medios”. Vaya, economía lingüística: no escribas cien palabras si puedes expresar algo a golpe de pulgar. Por eso es tan importante asegurarnos de que entendemos perfectamente el significando de cada símbolo, para tener que aclarar después lo mínimo posible.
Esto lo tiene muy en mente el desarrollador australiano de software Jeremy Burge, que en 2013 se propuso averiguar los significados y las historias ocultas detrás de los emojis y fundó la Emojipedia, un sitio web que acumula todo el saber sobre estos diminutos muñequitos. En Yasss te hablamos de algunos de los más sorprendentes.
Empezamos con el de la caca, porque el shock es tremendo. Según la Emojipedia, no se trata de una pila de excrementos, si no de un helado de chocolate (¿no había otro sabor?) con los ojos muy abiertos y una sonrisa amigable. En España, se suele usar para hablar de situaciones escabrosas o terribles (algo así como el “fatal, gracias” de la tía Loli), pero en Japón, por ejemplo, puede usarse como símbolo de buena suerte. También te decimos que, si lo usas después de un “me importa una”, dejas poco lugar para la duda.
¿Alguna vez pensaste que significa “choca los cinco”? Según la Emojipedia, son dos manos suplicantes, que piden “por favor” o “gracias” las cosas como en Japón. También se puede usar como un rezo, y está disponible en varios tonos de piel desde hace unos años.
Entre los dos emojis de las manos que hacen “los cuernos” (pliegan todos los dedos sobre la palma, a excepción del índice y el pulgar), hay una pequeña y sutil diferencia que, sin embargo, cambia radicalmente su significado. En el caso de la que pliega también el pulgar, significa “molas” o “rock”, pero la que lo saca es “te quiero” en la Lengua de Signos Americana.
La manita con los dedos separados en dos grupos es una referencia a la saga ‘Star Trek’. Ahí, la raza humanoide que habita en Vulcano se saluda con la palma abierta, separando en una especie de V los dedos corazón y anular. Suele ir acompañado de la frase “larga vida y prosperidad”.
Un rostro pequeñito y rojo con las cejas elevadas, la lengua fuera y una gota de sudor cayéndole sobre la sien… Las altas temperaturas llegan al teclado de emojis, y pueden significar que hace un calor del quince fuera (saca los pantalones cortos), que la otra persona siente atracción física por ti o que estás increíble en la foto que has subido a Instagram.
Ni es una persona haciendo push-ups ni esperando un masaje. Tampoco se trata de una persona que tenga la cabeza entre las manos “de forma mona”, como recuerda la Emojipedia, sino de una persona que hace una reverencia. En realidad, está llevando a cabo un dogeza, un elemento tradicional de la etiqueta y el protocolo en Japón que consiste en postrarte ante alguien, con la cabeza tocando el suelo, como muestra de respeto o sumisión. El emoji puede usarse para mostrar admiración o para pedir un favor enorme, pero también para disculparte por una metedura de pata catastrófica.