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¿Cómo es Hive y por qué esta nueva red social lo está petando en la generación Z?

En este presente hiperatomizado donde la intimidad cotiza siempre al alza para las megacorporaciones, es normal que cada poco tiempo recibamos con cierto escepticismo la llegada una nueva red social que viene a disputarle el puesto a competidoras que ya llevan años en el mercado.

 

Quizá es que los clásicos ya no nos funcionan del todo para seguir detallando y narrando digitalmente a ´nuestra mejor versión” (la digital, que siempre miente). Quizá sea que la moda de fingir una vida hecha de postales embellecidas con filtros ya no contenta a todo el mundo, y de ahí que broten como setas alternativas a redes sociales en las que prima el imperio de la belleza prefabricada o el minuto de gloria tóxico. Ahí tenemos por ejemplo Be Real o TikTok Now, mucho más ‘casuales’.

 

El manual del buen usuario de internet pasa por la recurrencia y la repetición de modelos que se fagocitan unos a otros o destacan por una idea específica de la vida digital. Usamos Instagram, para fingir que somos mejor de los que somos en realidad y vamos por ahí con el skincare recién hecho. Twitter, para el salseo divertido, los hilos virales que nadie ha pedido y, en estas últimas semanas, el gran espectáculo: ver a Elon Musk hacerse daño a sí mismo mientras hunde la compañía. Facebook… ah, ¿pero alguna vez existió? ¿Queda alguien de menos de 150 años que la siga utilizando?

 

Hoy te hablamos de Hive, otra nueva red social social que viene a disputarle el espacio a mastodontes de la red con una nueva propuesta.

 

Mezcla ganadora

 

Hive lleva apenas 3 años en el mercado, pero no ha sido hasta 2022 cuando ha empezado a recibir una migración masiva de usuarios de otras redes. Ya compite en igualdad de condiciones con Mastodon, otra red social ‘descentralizada’ donde los usuarios pueden crear sus propias normas de moderación, aunque esta última no es nada fácil de entender al principio.

 

Hive, que alcanzó los 2 millones de usuarios el año pasado, se propone ser uno de esos híbridos que combinan lo mejor de auténticos mastodontes en franco declive como Twitter, donde ya no queda nadie al volante; e Instagram, que últimamente está sudando la gota gorda para que Tik Tok no le adelante por la derecha en retención de usuarixs.

 

Una de las principales ventajas de esta red social en ascenso es su facilidad de uso. Su proceso de registro tiene la complejidad de un ‘recorta, pinta y colorea’. Basta con que ya tengamos un correo electrónico habilitado en otro gigante tipo Google para que vinculemos una cuenta con la otra en menos de un minuto. Lo único que tendremos que escoger es un nombre público para mostrar y algunos intereses, desde tecnología a deporte o videojuegos.

 

¿Cómo funciona?

 

Prácticamente igual que sus hermanas mayores, ya que combina las funciones de todas ellas; un poco de aquí y de allá. Una vez nos hayamos registrado y hayamos definido nuestros temas de interés y gustos, tendremos que realizar toda nuestra actividad y organizarla en torno al timeline, de apariencia similar al de las dos redes en las que se inspira: Instagram y Twitter.

 

De la primera coge, por ejemplo, las publicaciones cronológicas que no se basan en el número de likes, de manera que el contenido de nuestros amigos y cuentas seguidas aparecerán en orden. No hay privilegios especiales en función de la popularidad de la cuenta de turno, una forma de gestión del algoritmo que ha hecho más mal que bien.

 

Otra cosa que hace bien Hive (aparentemente), a diferencia de Instagram, es posicionarse frente a la censura. Está permitido colgar contenido de alto voltaje, siempre que sea por motivos artísticos y se active la pestaña correspondiente para advertirlo. Ya no veremos la clásica foto donde un pezón se emborrona o se tapa con un emoji de berenjena para burlar al algoritmo y sus censores.

 

Su aspecto visual es otro de los puntos fuertes. Sencillo de entender en un solo vistazo. Según nuestros intereses, la red nos mostrará contenido relacionado y sugerencias para que el timeline se adapte, por el Santo Algoritmo y su brujería, a nuestro perfil.

 

Hive cuenta con más funcionalidades, heredadas de Tumblr y WhatsApp.  Resuenan incluso ecos de Facebook en la forma de organizar el tablero principal. Podremos escribir los clásicos post, colgar fotografías y videos, hacer cuestionarios, abrir chats privados y recibir preguntas de otras personas que nos sigan, entre otras resonancias que vienen directamente de otros modelos. En el perfil se pueden añadir canciones con las que nos identificamos (esta funcionalidad recuerda un poco a Tinder) o datos como nuestro signo del zodiaco.