Cuando llegó a nuestras vidas, nadie imaginó que Instagram cambiaría las reglas del juego de nuestra intimidad y nos proporcionaría ese placer culpable que no se agota: observar las vidas de nuestros semejantes al detalle, hacernos preguntas (¿por qué esta persona vive eternamente en una puesta de sol?) y documentar nuestra propia existencia utilizando filtros, fotografías, stories, reels, que puedes guardar cuando quieras, y tantas herramientas distintas.
Cómo las uses, ya depende de ti. Hecha la app, hecha la trampa: puedes ser fiel a la realidad o construir un feed hiperestético que refleje una vida que (oh, sorpresa) nunca será la tuya. No serías la primera persona que vive en un piso con humedades, sin luz natural, y finge en la aplicación tomar brunch de aguacate todas las mañanas mientras acaricia un gato precioso.
La aplicación no vino sin su letra pequeña, claro. A muchxs les obligó a pagar un precio que no deseaban: el santo algoritmo, que reparte, selecciona y redirige nuestros ojos hacia un tipo de contenido determinado y descabeza otro, al que penaliza por no haber acumulado suficientes likes en su corto espacio de vida.
Con las recomendaciones de Instagram, el terreno siempre ha estado muy dividido. Cierta parte de su comunidad agradece que este tipo de publicaciones y recomendaciones sugeridas aparezca repartida entre el contenido que verdaderamente han elegido consumir; otro sector, más feroz, prefiere que su relación con el algoritmo sea estrictamente profiláctica y no quiere doblegarse ante su voluntad.
¿Existe realmente alguna manera de desactivar las recomendaciones para instagramear en paz?
Veamos el método.
Si los propios responsables de Instagram ya reconocieron en su momento que la invasión de anuncios, recomendaciones pagadas, morralla y píldoras de marketing había superado ciertos límites, es que la cosa era seria. Por desgracia, el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones, y de momento esta tendencia no ha disminuido, a pesar de que desde la propia aplicación aseguraron que estaban trabajando para reducir la cantidad de publicidad no solicitada por sus usuarixs. De hecho, según ciertos medios especializados, se estima que, para 2023, el contenido sugerido ocupará más del 30% de nuestro feed.
De momento, recibir menos recomendaciones no es posible. Según apuntan algunas fuentes, es una función nativa de los propios servidores de la aplicación; un proceso automatizado del que no puede escapar nadie que posea una cuenta de Instagram. Lo que sí es posible capar hasta cierto punto es la publicidad molesta siguiendo algunos pasos.