En cuestiones de ropa interior masculina, elegancia y dignidad (algo que mantuvo incluso Leonardo Dicaprio antes de ser expulsado de la tabla de madera) hay ciertas reglas que no está de más recordar. Por ejemplo, jamás te acuestes con otra persona con los calcetines puestos. ¿Qué eres? ¿El embajador de Prusia? Acepta que tus uñas con forma de mejillones sin cortar pueden ser para sexis a tu compañerx de cama. No sería la primera vez que el bestialismo entra con honores en el libro de los placeres humanos.
Otro asunto de estado es la difícil elección entre bóxer o slip, que va en gustos y cuerpos. Recuerda esas escenas en la playa con tu padre vistiendo un bañador blanco ajustado. Tú llorabas y te frotabas los ojos con arena, pero él estaba contento con ese minislip que le daba un aire a un recién nacido a punto de pedir su biberoncito del día. Ah, la infancia, qué lugar maravilloso.
Y a todo esto, ¿qué dice la ciencia? ¿Slip o boxer? ¿Cuál es, en la práctica, más beneficioso para la vida sexual masculina? ¿Podría ser la clave para mejorar la calidad del semen?
Es posible que el debate sobre las ventajas del slip frente al bóxer (y viceversa) dure hasta que la humanidad se extinga por el efecto del cambio climático y ya no haya mucha carne donde colocar nada. Con todo, ya existen varias investigaciones que han indagado en esta cuestión. Sus conclusiones no dejarán contentos a quienes pensaban que da un poco igual qué tipo prenda lleves, con tal de estar contento y cómodo con ella.
Un estudio realizado por la investigadora Lidia Minguez para la revista Human Reproduction concluye que el slip empeora drásticamente la calidad del semen y su concentración. Baja en más de un 25%. Misma semilla en apariencia; menos espermatozoides con capacidad natatoria (y cabaretera) para el show de solo puede quedar uno.
El estudio se realizó entre 650 pacientes y falló favorablemente hacia el uso de los boxers. "Los hombres que usan bóxeres tienen concentraciones de espermatozoides más altas que los que usan calzoncillos ajustados", concluye.
La calidad del esperma de los hombres que habían usado la prenda de forma regular era muy superior a la de los que utilizaban el slip como faro y guía de su ropa interior. Tanto en la cantidad de esperma (18% más) como en el número de espermatozoides capaces de nadar río arriba, cual salmones, el bóxer ganaba a su compañero ajustado y lo arrinconaba. A mayor temperatura en la zona de los testículos, peor fertilidad. La diferencia de dos grados de temperatura entre una prenda y otra da la clave de por qué la salud sexual masculina tiene un claro ganador. No es el único problema que tienen los hombres con su semen y el apocalipsis de fertilidad que ya está entre nosotros.
Que la ciencia y distintos estudios ya recomendaban pasarse sin perder más tiempo al bóxer es algo más que contrastado gracias a distintas investigaciones, aunque ahora contamos con más datos para desterrar de una vez por todas los slips de nuestro fondo de armario, y de paso, el jersey de renos que nos regalaron la nochebuena pasada; en fin, todo lo que nos hace duendes de Santa Claus y no hombres hechos y derechos .
Otra de las conclusiones más interesantes de los estudios que han explorado la cuestión del bóxer y el slip habla de un efecto compensatorio inesperado en el uso de esta prenda: cuando usamos slips y la calidad de nuestro esperma baja, el organismo se da cuenta y redobla la producción de una hormona llamada FSH.