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7 cosas que nunca deberías hacer a tus genitales: Desde usar perfume hasta maquillar la zona

Una de las grandes preocupaciones respecto a nuestra salud y estética es lo que ocurre debajo de la ropa interior. Admitámoslo, nos obsesiona que nuestros genitales sean perfectos a ojos de la sociedad, es decir, impolutos, con el vello perfectamente recortado y inodoros o, mejor aún, con un olor agradable. ¿Es realista esta aspiración? La ciencia de la salud tiene claro que no, y además puede ser dañina para tu cuerpo.

La higiene es muy importante, pero tendemos a realizar ciertos rituales de “autocuidado íntimo” bajo la creencia de que es sano, estético o deseable. Para evitar dañar tu salud genital, coge papel y lápiz y apunta estas cinco cosas que jamás deberías hacer.

1. Limpiarte al revés cuando vas al baño

Aunque parece un hábito sin importancia, la forma en la que usas el papel higiénico cuando vas al baño a defecar tiene grandes implicaciones para tu salud genital y para tu vejiga.

Al limpiarte de detrás hacia delante, es decir, desde la zona del recto hacia la zona de la vagina o del pene, puedes desplazar bacterias fecales aumentando el riesgo de sufrir infecciones de orina, candidiasis o vaginosis bacteriana. Evitarlo es tan simple como limpiarte correctamente.

2. Aplicar productos despigmentantes (especialmente si son caseros)

En los últimos años se han puesto de moda en redes sociales como TikTok los productos despigmentantes faciales aplicados a zonas genitales. Este tipo de productos se comercializan para eliminar las manchas solares en la zona de la cara, y muchas personas los utilizan para minimizar ciertas zonas más oscuras en la zona de las inglés, de los labios vaginales o del pene. Es innecesario y puede dañar tu piel.

Más peligroso aun es cuando se utilizan recetas naturales en las que se mezcla limón, vinagre o bicarbonato. Este tipo de ingredientes pueden ser muy abrasivos para tu piel, especialmente para las mucosas de la vagina y del pene.

3. Maquillar la zona

Otro hábito relacionado con el punto anterior es maquillar la zona genital para que el color sea muy uniforme. Con este hábito puedes taponar los poros, provocarte granitos y empeorar la salud de tu piel.

Quitémonos la idea de que un pene o una vagina debe tener el mismo color que el resto del cuerpo. Hay personas con los genitales más rosados, otras con la zona pálida y otras que tienen marcas más oscuras… ¡Y no pasa nada!

4. Usar salvaslips a diario

Hay muchas personas que tienen un flujo vaginal excesivo y que, para evitar acumular olor, utilizan salvaslip a diario. ¡Error! El salvaslip es un tejido que no deja traspirar a la zona genital y que, en consecuencia, aumentará el flujo vaginal y el olor en la zona.

Compra ropa interior de algodón y que resulte cómoda. Además, intenta averiguar el motivo por el que tienes tanto flujo. Quizá es porque tu cuerpo lo produce de manera natural, pero también puede influir la alimentación, beber poca agua, fumar, beber alcohol, si tomas algún medicamento o la fase de tu ciclo hormonal.

Por otro lado, recuerda que tanto las vaginas como los penes tienen cierto olor característico y eso no es malo. Sólo debes alertarte si cambia la apariencia de tus genitales, tienes molestias (dolor, picor, etc.) o si hay una alteración de los fluidos repentina en cantidad, aspecto u olor.  

5. Realizar duchas vaginales

Otra rutina bastante dañina para la salud vaginal es realizar duchas con el objetivo de eliminar cualquier olor y fluidos. Las duchas vaginales destrozan tu flora vaginal, es decir, las bacterias beneficiosas y que permiten que tu vagina se mantenga limpia y sana de forma natural.

Aunque parezca un buen hábito, un exceso de higiene puede aumentar el riesgo de hongos e infecciones bacterianas. ¿Cómo evitarlo? Lazando la zona solo superficialmente, preferiblemente con agua o, en última instancia, con un gel íntimo no abrasivo.

6. Utilizar perfume

Un hábito compartido por mujeres y hombres es perfumar de vez en cuando la zona genital o bien con colonias, o bien con desodorantes. Los olores artificiales se van a juntar con los olores naturales de tu zona genital dando lugar a una mezcla bastante desagradable, pero también corres el riesgo de irritar la zona y obstaculizar el proceso de transpiración normal.

7. Utilizar lubricantes caseros improvisados

En último lugar, pero no menos importante… ¡Los lubricantes! Si el producto no está específicamente diseñado para ese fin, no lo uses. Mejor no improvisar con ingredientes de la cocina como nata, mantequilla o aceite. Tampoco debes utilizar productos cosméticos destinados al uso corporal o facial: geles de aloe vera, aceite para bebés, crema hidratante, etc. Piensa que estos productos van a entrar en contacto con tus mucosas y que pueden dañar muchísimo tu piel. Ante un aprieto, mejor utilizar la saliva y añadir el lubricante a tu lista de la compra para la próxima sesión de sexo a solas o en pareja.