Logo de yasss
Sexo

yasss

¿Es malo beber alcohol antes de tener sexo? ¿Qué consecuencias tiene? La ciencia responde

Quien más, quien menos, casi todxs hemos utilizado alguna vez el alcohol para alcanzar ese estado de euforia, excitación y desinhibición que precede al (buen) sexo. Nada como caer en la falsa creencia de que una copa de vino (dos, tres, cuatro) en la penumbra de un bar nos pondrá más fácil lo de corretear como lagartos a ese portal cercano, donde unx de los dos dice: ¿Te apetece que te prepare un colacao? O bien: Antes de que esto vaya a más, tengo que presentarte a mis peces". ¿Has experimentado ciertas ganas de hacer el delicioso cuando tienes resaca?

De hecho, quienes le dan con gusto al deporte del glugluteo suelen creer que la ingesta de alcohol mejora la respuesta sexual y favorece que nos excitemos antes. Pero ¿es cierto? ¿Qué consecuencias tiene pegar los labios a una botella antes de pegarlos en otro sitio más interesante?

Cambios en la química cerebral

Como cuenta la psicóloga Mariela Jiménez Ramos en el portal Cuídate, “con una ingesta alcohólica, la activación del deseo, que empieza siempre con un pensamiento, se altera”. El alcohol puede tener un efecto liberador inicial, pero es solo un espejismo en el deseo, que podemos estar manipulando para que se adapte a la dinámica del momento. Luego viene la resaca y, claro, hay que utilizar muchos trucos para superarla y no quedar convertidos en un escombro.

Los expertos explican que a largo plazo el consumo reiterado de alcohol afecta no solo a la salud mental, también puede provocar alteraciones hepáticas importantes, si esa copa de más se convierte en algo que asociamos por defecto a las experiencias sexuales positivas, y perdemos la seguridad cada vez que nos falta ese vinito en la mesa o esa copa de más.

No se levanta

Cierta cantidad de alcohol en sangre podría tener una consecuencia inmediata para los hombres: que lo que tiene que funcionar bien, diga: “Hoy no trabajo, patrón”, y el pene se eche una larga siesta gracias a los tres efectos principales de pasarse de frenada con los margaritas: aumento de la angiotensina (hormona tradicionalmente asociada a la disfunción eréctil), disminución del flujo sanguíneo en la zona genital. No olvidemos también que el alcohol es un depresor del sistema nervioso. Influye absolutamente en nuestro estado de ánimo.

El resultado con el que podrías encontrarte es no ser capaz de tener una erección. Recuerda que no solo de coitocentrismo, posturas grotescas del misionero y adoración de los valores del amor romántico y la penetración tradicional vive la humanidad. Se puede disfrutar con esas manitas que el Tinder te ha dado.

Se murió el orgasmo y la lubricación

Tanto en hombres como en mujeres, el alcohol puede tener un efecto de retardo en la respuesta sexual, incluso puede inhibirla del todo. Como resultado, muchas personas refieren cómo les cuesta alcanzar el orgasmo, eyacular y lubricar. Lo que prometía ser una noche de risas y placer puede acabar en: “Me estoy durmiendo, cariño. ¿Vemos un documental de jirafas, a ver si nos animamos?”. En fin, podrías toparte con una relación mucho menos excitante y placentera que la que te daría tener el cerebro en estado de revista.

Nos ponemos en riesgo

Que el alcohol en su justa medida nos ‘libera’ un poco es, para muchas personas, un hecho (de nuevo, otra creencia que hay que tirar al fondo de la nevera). Pero justamente en esa asunción viene otro de los peligros: esa falsa libertad que sentimos puede volvernos menos cuidadosos con los métodos de protección y nuestras prácticas sexuales. Porque ¿quién quiere ponerse a pensar en protegerse cuando la carne y el deseo perrean y Baco nos deja caer otro chorro de vino en la boca? 

Los expertos explican que la desinhibición que muchas personas alcanzan cuando beben hace que tengan más riesgo de contraer distintas enfermedades de transmisión sexual. Son los hombres el grupo de población más dispuestos a asumir riesgos innecesarios en sus encuentros carnales, según varios estudios.