Logo de yasss
Salseo

yasss

La fortuna de Justin Bieber asusta: ¿sabes cuánto dinero tiene el cantante y en qué se lo gasta?

  • Ha vuelto al podio de los chicos traviesos con su último disco, ‘Justice’. Quizá es que nunca se fue

  • No todo va a ser una vida de excesos y desenfreno para Justin. Una buena parte de su fortuna se ha ido a causas justas y proyectos filantrópicos

No hace mucho que te contamos la ‘movidita’ de Justin Bieber con la apropiación cultural, a raíz del último peinado con rastas que enseñó en Instagram. Twitter se le echó encima con toda la artillería, en una nueva discusión estértil entre haters y fans con mucho tiempo libre. Otra de las noticias más interesantes de las últimas semanas fue su confesión sobre su tira y afloja con las drogas, y cómo sus guardaespaldas le tomaban el pulso después de consumirlas para ver si seguía vivo.

El canadiense más deseado, la criatura con más pinta de surfero que los propios surferos, no para de suscitar rumorología y salseo, especialmente en lo tocante a su fortuna y cómo se la gasta regando su cuerpo con tatuajes. Ha vuelto a la palestra hace poco con un nuevo álbum de estudio. La cosa promete lluvias de billetes, piscinas de monedas en las que nadar y muchas miradas de “¿Qué queréis de mí, oh, audiencia? Me siento vacío. Voy a quemar este millón de dólares en la parte trasera de mi jardín”.

Pero, ¿cuánta pasta tiene Justin en el banco? ¿Qué caprichos caros le mueven?

Campañas millonarias

En los diez años que han pasado desde que Bieber se hiciera famoso por sus primeros covers en Youtube y saltara a la cima los cantantes-rugrats-gamberros-más-deseados, la cosa con su fortuna ha debido de funcionar a golpe de talonario; concretamente, en los tratos multimillonarios ha cerrado tras su participación en campañas de muchas marcas distintas.

Adidas, Walmart, Proactive, o la más jugosa a nivel de imagen, su alianza con Calvin Klein y el sonido de la caja registradora que tenía detrás: el rumor dice que Justin, con sus morritos de cachorro que se ha portado mal, cobró más de cuatro millones de dólares. Como la paga de unos padres muy, muy generosos.

Instagram hace ricos… a algunos

Se sabe, porque es información pública, que Justin está en la exclusiva lista de las celebrities que más cobran por un post de Instagram. Imagínatelo: hasta 700.000 dólares por un simple post en pijama bebiendo a morro de un brick de zumo o lamiendo un pepinillo. People With Money cuenta que fue uno de los cantantes mejor pagados del mundo en 2021, una verdadera máquina de hacer dinero que se embolsó más de 80 millones de dólares entre contratos, campañas, escuchas, visualizaciones y anuncios.

Desde luego, la caja registradora que es Justin lleva haciendo bien su trabajo desde su año debut con 'My World', un disco en dos partes que ya entonces le generó más de medio millón de dólares de beneficios. Apenas un año después, se dice que Justin multiplicó su fortuna por ocho. En 2021, dicen que su imperio millonario, el culto a sí mismo y a su figura polémica de juguete roto, ronda la escalofriante cifra de 285 millones de dólares, siendo según People With Money el número uno de los 10 cantantes mejor pagados de 2020. Suponemos que sus 174 millones de seguidores en Instagram han ayudado con alguna propinilla a engordar la loquísima cuenta bancaria del cantante.

Caprichitos musicales

¿Y entonces, con tanta frescura bancaria, en qué se gasta su dinero este rey de las carpetas de instituto forradas? Pues imaginamos que en seguir conservando la felicidad que le ha aportado su mujer, sobre la que ha confesado en un artículo de El País cómo le ha ayudado a meter los traumas del pasado en la caja de pandora y cerrar la llave. “Antes, no tenía nada por lo que tener esperanzas en mi vida. Mi hogar era inestable, de hecho no existía. No tenía a nadie realmente importante. Nadie a quien amar, nadie sobre quien llorar. Pero ahora lo tengo”.

Desde que saltó a la fama, Bieber ha hecho todos los checks en el manual de los jóvenes millonarios: es famoso por su carísima colección de ferraris y coches caros. Además, se ha dejado varios millones de dólares como inversor en empresas tecnológicas (Spotify o Stamped, entre otras), y como debía de echar en falta un poco de ego y culto a su figura, tiene su propia línea de perfume desde que sacó su primer disco, Etoile Nation Beauty, cuyos derechos terminaría comprando la multinacional Elisabeth Arden para incorporarla a su línea de productos. Como contrapartida, tiene también una vena filantrópica muy marcada. Los beneficios obtenidos por su perfume Someday se han ido íntegramente a organizaciones benéficas y campañas de caridad.

Para los imperios inmobiliarios nunca ha tenido demasiado ojo: montaba unas fiestas tan brutales en su mansión en la urbanización exclusiva en Calabasas, The Oaks, que los vecinos consiguieron que la policía interviniera muchas veces y casi se lo llevaran esposado con una botella de vodka en una mano y un látigo de BDSM en la otra. Acabó vendiéndole la propiedad a una de las hermanas Kardashian por casi ocho millones de dólares, y a partir de esa fecha, sus fechorías como inquilino pasaron de alquiler en alquiler. Justo es decir que nunca tuvo preocupaciones mundanas, como las nuestras, por el precio: llegó a vivir en una casa con vistas a la playa de California que costaba más de 100.000 dólares mensuales.

El año pasado volvió a ser propietario de pleno derecho: una mansión de casi 1000 metros cuadrados en las colinas de Beverly Hills, en otra de esas urbanizaciones llenas de estrellas que sacan en chándal a pasear a su hurón. Posee además un penthouse de millonario en Ámsterdam. Baratito, baratito: 25 millones de euros.