Lo de las tallas de sujetador es un verdadero abecedario y no sólo por las letras que miden su tamaño. Que levante la mano quien tenga en su cajón únicamente sostenes con los que se sienta cien por cien cómoda. Si tú has levantado la mano probablemente poseas una corsetería o hayas trabajado en ella y hayas desvelado tus trucos a todas las mujeres que te rodean. Gracias a dos de mis amigas que trabajaron con lencería, hoy en día sé a ciencia cierta mi talla y por eso voy a compartir contigo mis trucos maestros para descubrir la talla ideal, ¡sigue leyendo!
Llevo toda mi vida adivinando cuál es mi talla de sujetador. Y no necesariamente por cambios de peso o estatura, lo cierto es que jamás acertaba con la medida perfecta y soy capaz de recordar y contar con los dedos de una mano (y me sobran dedos) aquellos que me he puesto hasta la saciedad porque me venían perfectos y me encontraba cien por cien cómoda con mis pechos dentro de ellos.
No puedo evitar soltar una lagrimita cada vez que uno de ellos muere en combate, pensando que jamás encontraré uno que me venga igual de perfecto, o eso sentía hasta el día en que dos de mis mejores amigas trabajaron en una importante cadena de lencería femenina y me contaron los secretos mejor guardados para encontrar el número y la letra que van conmigo.
En realidad no guardan ningún secreto. Las personas que trabajan en una corsetería o cualquier tienda de ropa interior son las más indicadas para ayudarte a encontrar tu talla perfecta. Deja la vergüenza atrás y saca pecho: pregunta directamente a quien te atienda con amabilidad cuál es tu talla.
Ellas y ellos están especializados en el tema, seguramente hayan recibido la formación necesaria o sus años de experiencia les avalen. Quizás no lo sepas, pero en su uniforme disponen de una cinta métrica con la que tomarte medidas y abrirte el cielo de la sujeción.
Si prefieres hacerlo tú misma en casa, debes tener claros los conceptos. Muchas creemos que el número marca el tamaño del pecho en sí, y nada más lejos de la realidad. La cifra mide el contorno de tu espalda y la letra marca la copa que abrazará tu pecho.
Ten esto claro y saca la cinta métrica: comienza lo bueno.
Rescata esa herramienta que usas cada vez que pides ropa online y no tienes clara la talla de una blusa o un pantalón y haz lo propio con tus sujetadores. Hazte con una buena cinta métrica que te resulte cómoda para rodear tu cuerpo y tus pechos (porque no, el flexómetro de acero que usas para medir paredes o muebles no te va a venir bien).
La más recomendada: esa que guardas en el kit de costura para emergencias.
Lejos de lo que muchas pueden creer, una de las claves principales para saber tus medidas no engloba a tus pechos. Para saber la primera cifra de tu talla, la que atiende a la parte numérica, debes medir el contorno de tu espalda.
Para ello deberás pasar la cinta justo por debajo de tu pecho. Si tus centímetros resultantes van de 63 a 67, tu talla de contorno es una 80. De 68 cm a 72 cm, tendrás una 85. De 73 a 77 cm una 90, de 83 a 87 una 100 y así sucesivamente. Si dudas de estas equivalencias y quieres hacerte una idea aproximada, el truco está en sumar 15 a la medida en centímetros que te haya resultado.
Para este paso lo más recomendable es que emplees un sujetador sin nada de relleno.
Del mismo modo que hiciste con el contorno, pero esta vez incluye tus pechos. Rodea tu espalda pasando la cinta métrica a la altura de los pezones y sin apretar. Lo ideal sería ver reflejada tus centímetros resultantes en la tabla de medidas que disponga la marca, pero si no dispones de ella puedes usar el truco de la diferencia entre medidas.
Al resultado del contorno que incluye tus pechos réstale la medida de tu espalda. Si la diferencia restante ronda los 15 cms, con mucha probabilidad tu copa será una B. Si existen 20 cm de diferencia, deberías optar por la C, si son 25 cms la D y así en aumento.
Atendiendo a los trucos que te acabo de dar obtendrás la cifra correspondiente al talle francés/español. Revisa la etiqueta o consulta con la marca con qué tallajes trabajan, pues las cifras son diferentes si el elegido es el europeo.
Desde que el e-commerce nos trajo la posibilidad de realizar compras alrededor del mundo sin moverte de casa, es fácil que tengas acceso a marcas internacionales cuyo tallaje atienda a otras normas y numeraciones. Ten siempre en cuenta tu talla francesa/española y busca la equivalencia.
En mi opinión, si ese aro se te clava, no sabes cómo ajustarte los tirantes para ir cómoda o si ya te faltan/sobran enganches, lo mejor es desecharlo y adquirir uno nuevo.
Pero si tienes dudas y no sabes si eres tú quien está haciendo algo mal, siempre y cuando esto no perjudique tu comodidad puedes aplicar esta norma: la parte que queda en la espalda nunca debe estar más alta que el contorno.
Por otro lado, si con ese sujetador sufres el fenómeno de multiplicación de tetas (es decir, la copa te “divide” cada pecho en dos), ese no es el sujetador que necesitas.
Para cumplir con la excelencia, debes saber que la posición perfecta donde debes enganchar tu corchete es el más externo (pero esta norma cada una la aplica como más cómoda se sienta).
Por supuesto, estas normas de medidas sirven para conocer nuestra talla, pero cada cuerpo es diferente y precisa de diferentes posaderas para sus tetas. Hay quien prefiere llevarlas a su libre albedrío, quienes optan por los formatos sin aros o quienes tiran de ‘push-up’ para colocárselas donde quieren.
Pero más allá de los gusto existen las necesidades. Muchas mujeres sufren dolores de espalda a causa del peso de sus delanteras y quienes necesitan una capacidad que habitualmente discriminan en las grandes cadenas de ropa.
Reductores, con relleno o de la desconocida copa J, hay un sujetador para cada persona con pecho, sean una o dos mamas, grandes o pequeñas… Encuentra tu zona de confort en tu sostén y, si no, siempre te quedará disfrutar de libres domingos y domingas al más puro estilo Simpson.