Lo vemos en las mismas cajas en todos los idiomas. Su uso máximo es de ocho horas, pero con los tampones nos pasa un poco lo mismo que con las lentillas. Apuramos de más, sin darle a este detalle apenas importancia y podemos terminar con los ojos como faros en el caso de las lentes o en el otro, caer en un grave riesgo para la salud por el mal uso de estos productos de higiene íntima.
No es para que lo tomemos a broma, pero tampoco nos vamos a dejar llevar por el pánico. El síndrome del shock tóxico (SST) vuelve a estar de actualidad por la reciente muerte de una adolescente belga causado por un tampón. Y sí, está probado que el uso de estos productos de higiene tienen relación con esta infección, pero no son la causa principal de que se produzca. ¿Cuánto hay de mentira también sobre esto?
Para empezar, no es una infección que afecte solo a mujeres. Es cierto que en ellas hay más riesgos, pero puede darse en hombres y niños al estar provocada por una bacteria de tipo estafilococo. La responsable de todo es la Straphylococcus aureus que se encuentra en el cuerpo de personas sanas y que se puede activar de un momento a otro y más, si hacemos las cosas un poquito mal.
Si nos vamos al terreno de los tampones y al riesgo de un shock tóxico menstrual, el problema está muy claro y está relacionado sencillamente con la absorción. Basta con una fórmula muy sencilla que tiene más de sentido común que otra cosa: a mayor grado de absorción del tampón, mayor riesgo de contraer la enfermedad y viceversa. Esa es la clave para implicar a los tampones en este problema, aunque "menos de la mitad de los casos se asocia a este uso y siempre está detrás un mal empleo de los mismos", según el doctor Manuel Marcos Fernández, especialista en ginecología y obstetricia, coordinador de ginecología de HM Hospitales.
Porque muchas veces por no contar con otra alternativa al pillarnos por sorpresa, por querer ir más seguras o por el simple hecho de ahorrar porque estos productos de higiene no son precisamente baratos, no utilizamos los tampones acordes a las necesidades de nuestro flujo menstrual. Ahí es cuando ese mal uso nos puede llevar a sufrir un síndrome shock tóxico, pero no tiene esa exclusividad que hasta ahora habíamos pensado.
Dentro de la mucha información y desinformación que circula sobre esta infección, hay algunos factores de los que rara vez se habla. Y es que suele asociar el SST solo con los tampones, pero este síndrome puede darse también con cualquier otro producto que se inserte en la vagina. Esto incluye las copas menstruales y diafragmas, solo que aquí el problema de la absorción resulta más raro y esa es su principal causa.
No es una exageración decir que los síntomas de un síndrome de shock tóxico evolucionan muy rápido. "De cero a cien se llega a pasar en un corto plazo. Esto es una emergencia médica", indican desde el El Comité Médico de Salud de la Mujer Dexeus, y lo que en un principio podría parecer un simple resfriado resulta en poco tiempo algo mucho más complicado.
Por lo pronto el cuadro de encontrarse no muy bien se completará con fiebre alta, vómitos, diarreas, mareos, convulsiones, irritaciones cutáneas y por si con todo eso no tuviéramos suficiente, se puede llegar al fallo hepático y renal que son ya de verdad preocupantes. "Lo peor de todo es que puede derivar en un fallo multiorgánico" tal como especifica el doctor Fernández y a partir de ahí ya no hay vuelta atrás.
No hace falta que llegues hasta esos límites para ir al médico y, de hecho, si estás con la menstruación y usando tampones y sientes estos síntomas, lo que se recomienda desde la propia web de Evax&Tampax es que te los quites y acudas lo antes posible a un médico para que te trate de inmediato.
En caso de que prefieras utilizar tampones a la copa menstrual o a las compresas, hay una serie de consejos que nos dan en los mismos prospectos del interior de las cajas, o en la web oficial de Tampax. Rara vez los leemos y resulta que son importantes.
Entre los buenos hábitos está seguir la norma de las normas: no superar en ningún caso las ocho horas y atender al flujo menstrual, pero eso sí, eso no quiere decir que te pases y que no lo tengas que cambiar cada cuatro horas. Eso es de primero de manual.
También se recomienda que durante la noche no se utilice este método de contención porque es fácil que durmiendo se nos vayan las horas y vayamos más allá de lo permitido. De noche, mejor compresas o descubrir todas las posibilidades que tiene la copa menstrual, ¡que son muchas!
Y, además de las normas de higiene básicas y de NUNCA reutilizar un aplicador, lo más importante es escoger tampones adecuados al flujo menstrual. No porque quieras que termine antes tu regla vas a utilizar uno de superabsorción sin necesitarlo o, lo que es peor, que lo utilices antes de que la menstruación te haya llegado. El consejo casero y que es un buen baremo para tener esto controlado es que si una vez que te quitas el tampón, hay todavía una parte blanca... Amiga, te toca usar uno menor. Así de fácil y sin fallos.