El aguacate se ha convertido en la fruta millennial por excelencia. De repente, un día, sin que supiéramos muy bien cómo, todo el mundo empezó a comer aguacates. No es que no conociéramos esta fruta, es que hasta hace unos seis o siete años, más o menos, tampoco era tan habitual en las fruterías o en nuestra alimentación cotidiana. Sin embargo, para mucha gente ya es un must. ¡No sin mi tostada de aguacate!
Los influencers de vida sana nos lo metieron por los ojos a través de Instagram y ahora ya no podemos vivir sin él. Da igual que sea una de las frutas más caras del mercado, estamos tan seguros de que sus propiedades nutritivas son tan increíbles que pagamos lo que haga falta.
Creemos que lo sabemos todo sobre el aguacate. Que si tiene un montón de grasa, pero de la buena; que si es rico en vitaminas, en minerales; que si es perfecto para deportistas y además es rico en ácido fólico... Lo que muy poca gente sabe, seguro, es el origen de la palabra "aguacate".
Tanto el alimento como la palabra con la que lo nombramos tienen su origen en América Central. Cuando los españoles y portugueses colonizaron aquellos territorios lo trajeron a Europa, y también tuvieron que ponerle un nombre, porque era algo completamente nuevo para ellos. Básicamente, lo que hicieron fue adaptar al castellano el nombre que le daban los nativos de la zona. Y los castellanoparlantes nos la quedamos sin saber el curioso significado que tenía. ¿Quieres descubrirlo? Perra de Satán lo explica en el vídeo de ahí arriba en un nuevo episodio de Perra Pe-Rae.