El mes de febrero de 2021 estará para siempre grabado en la memoria del donostiarra Lucas Eguibar Bretón, pues además de soplar las 27 velitas en la tarta ha conseguido proclamarse campeón del mundo en snowboard en el campeonato celebrado en la gélida pista de Idre Fjäll (Suecia). Lucas lleva toda su vida luchando por alcanzar el oro en su deporte favorito, desde que a los ocho años se subió a una tabla y soñó con poder vivir de su pasión. En Yasss te contamos todo lo que tienes que saber de este gran deportista.
A los dos años, los padres de Lucas, que nació el 9 de febrero de 1994 en San Sebastián, le llegaron a jugar con la nieve y su flechazo fue tal que unos años después comenzó a esquiar y a visitar asiduamente las pistas nevadas para ser feliz. Pero su verdadera pasión es el snowboard, que descubrió a los ocho años. Muy pronto se convirtió en una gran promesa para el deporte español y a los quince años le fichó el equipo nacional para que comenzase a competir en los grandes campeonatos. A partir de ese momento, comenzó una carrera plagada de éxitos.
Lucas, que reconoce que nunca hubiera imaginado en su niñez que su pasión se podría convertir en su profesión y "vivir de ello", es especialista en la categoría de campo a través, en la que ha ganado sus melladas más importantes. A los 18 años ganó el campeonato europeo de snowboard, pero su gran oportunidad le llegó al cumplir los 20, en 2014, cuando participó en sus primeros Juegos Olímpicos en Sochi, donde quedó en séptimo lugar.
En 2017 compitió en España, en concreto participó en el campeonato mundial celebrado en Sierra Nevada, donde consiguió dos medallas de plata, una en la categoría individual y otra por equipos junto a su compañero Regino Hernández. Tras estos éxitos, llegó otra gran oportunidad y es que el COE le escogió para ser el abanderado de la delegación española en los Juegos Olímpicos de Pyeongchang en 2018; pero en la pista no tuvo mucho suerte y quedó en 33ª posición.
Lucas, que entrena todos los días para estar en la élite del deporte, no dejó de entrenar y de pelear por alcanzar la cima y su esfuerzo ha dado resultado: en febrero de 2021 se convirtió en campeón del mundo, tras superar en la última carrera al favorito del campeonato celebrado en Suecia, el austriaco Alessandro Hämmerle, que había quedado primero en todas las bajadas previas. En su cuenta de Instagram, el deportista ha confesado que se sigue emocionando al recordar ese día: "Se me pone la piel de gallina".
Ahora Lucas está pletórico y se prepara para los Juegos Olímpicos de Tokio, que debido al coronavirus se pasaron de 2020 a 2021, con el objetivo de llevarse el oro por fin en esta competición. De hecho, su lema es: "Llegar a lo más alto y mantenerme ahí". Pero no todo ha sido de color de rosa, ya que el atleta tuvo que atravesar un golpe muy duro: la muerte de su entrenador, Israel Planas, a los 41 años en 2017 a causa de un infarto cerebral. Planas había sido la persona que había estado a su lado durante toda su trayectoria y que le había aconsejado cómo llegar a lo más alto.
Ese duro golpe no fue el único al que tuvo que hacer frente Lucas, ya que su hermano Nico, al que está muy unido, sufrió un grave accidente en 2014. Nico chocó contra un coche mientras iba en moto, sufriendo una hemorragia intracraneal y cayendo en coma durante 45 días que a Lucas se le hicieron eternos y que le llevaron a retirarse del deporte por una temporada.
Nico era también deportista y se preparaba para los Juegos Olímpicos de Sochi cuando sucedió este terrible accidente que le dejó una lesión cerebral permanente, que hace que tenga dificultades para hablar y para moverse. Ahora Nico es el mayor fan de su hermano y le apoya en todas sus competiciones. Lucas reconoce que el gran sacrificio de dedicarse al snowboard es despedirse de su familia cuando tiene que marcharse de San Sebastián para entrenar en lugares nevados.