El pasado martes conocíamos la noticia de que Simone Biles, la gran esperanza de Estados Unidos en gimnasia artística, se retiraba de la final. Su decisión dio la vuelta al mundo, ya que esta deportista ha batido récords de todo tipo y todos los ojos estaban puestos en ella para volver a ser medallista. La estadounidense, de 24 años de edad, alegó que no se encontraba bien en cuanto a su salud mental: "En cuanto he salido a la pista he sentido que no estaba preparada mentalmente". Biles se ha convertido rápidamente en más que un referente del deporte, también en un gran ejemplo de que no hay que anteponer el éxito a la salud. Hoy repasamos la historia de tres gimnastas que no pudieron retirarse antes del trágico final.
Tras la retirada de Simone Biles, primero de la categoría en equipos y después de la competición individual generó un gran revuelo mediático. Tanto en las redes sociales como en los canales particulares de algunas personalidades como en los medios de comunicación se han recogido opiniones de todo tipo sobre su decisión. La mayoría aplauden la fortaleza de la joven, capaz de renunciar a otro récord histórico para cuidar su salud mental, y otros la critican aludiendo que la presión forma parte del deporte de élite.
Por este motivo, la escritora Andrea Tomé ha creado un hilo en Twitter que repasa la historia de tres gimnastas artísticas que no pudieron retirarse de la competición, con trágicas consecuencias.
"Ahora que los debates sobre la decisión que ha tomado Simone Biles de retirarse para proteger su salud están tan candentes quiero hablaros de estas gimnastas: Julissa Gómez, Christy Henrich y Elena Mukhina. Julissa murió a los 18, Christy a los 22 y Elena quedó parapléjica", comienza el hilo de Andrea Tomé, que ha superado los 5.000 RT y los 10.000 likes.
Nacida en 1972 en San Antonio, Texas, murió a los 18 años por las complicaciones de una lesión durante una competición. "A los 15 años ya representaba a EEUU en las competiciones internacionales. Llevaba entrenando desde los 10 años con el infame entrenador húngaro Béla Károlyi, que a menudo “motivaba” a sus gimnastas con tácticas completamente abusivas. Los insultos sobre los cuerpos de sus gimnastas eran comunes, en una ocasión diciéndole a una que parecía una “araña embarazada”. Julissa, que era muy pequeña, acababa siendo el blanco de las burlas de Béla debido a su personalidad dulce y tímida", ha escrito Tomé en su hilo de Twitter.
Debido a este tipo de abusos, decidió cambiar de entrenador, pasando a trabajar con Al Fong de cara a competir en las olimpiadas de Seúl de 1988.
En unos calentamientos previos a la final del campeonato del mundo de Tokyo de 1988, mostró que no se sentía muy segura al realizar ciertas rutinas. Incluso las compañeras de su equipo eran conscientes de ello. "Cualquier persona le habría dicho que lo dejara", declaró una de ellas, pero su entrenador la presionó para que siguiera adelante. Practicando para realizar el Yurchenko en el potro se tropezó y, debido a la velocidad del salto, se golpeó fuertemente la cabeza. Se quedó inmovilizada de cuello para abajo, por lo que hubo que hospitalizarla. En el hospital, un fallo quiso que su respirador se desconectara, y debido a la falta de oxígeno cayó en coma. No se volvió a despertar, falleciendo tres años después, con 18 años. Este accidente hizo que las cosas cambiaran en el mundo del deporte. Ahora es obligatorio usar una alfombrilla de seguridad cuando se realiza el salto con base Yurchenko.
También nacida en 1972 en Independence, Missouri, Estados Unidos, compartía entrenador con Gómez y se preparaba para los JJOO de 1988. Su carrera prometía, y llegó a ganar la medalla de plata en los campeonatos nacionales de Estados Unidos en 1989. Murió a los 22 años por las complicaciones de una anorexia nerviosa. Todo comenzó cuando un juez de la competición le dijo que estaba gorda y necesitaba perder peso.
En aquella época las gimnastas de élite tenían que cumplir con un canon estético conocido como "pixies", chicas pequeñas, por debajo de su peso y con apariencia pre-adolescente, es decir, sin haber desarrollado pecho o caderas. Henrich se obsesionó con bajar de peso y eso no fue un problema ni para su quipo ni para su familia, que no eran conscientes de que estaba desarrollando una enfermedad.
"Había acabado en un peso tan bajo, y tan exhausta, que competir le resultó imposible, y su propio gimnasio fue el que la “invitó” a irse. Christy nunca regresaría. En infrapeso severo, murió de fallo multiorgánico el 26 de julio de 1994. Tenía 22 años", escribió Andrea Tomé.
Su muerte ayudó a que se empezase a hablar de los trastornos de la conducta alimentaria que sufrían muchas gimnastas. Fueron tantas las que contaron su experiencia que el programa de salud para las deportistas de élite cambió, incluyendo asesoramiento nutricional. Además, a mediados de los 90 las cadenas de televisión NBC-TV and ABC-TV dejaron de mostrar el dato del peso de las competidoras.
Елена Мухина nació el 1960 en Rusia. Fue promocionada por el régimen soviético como la próxima gran estrella de la gimnasia, ya que superó a Nadia Comăneci. Una rotura de pierna mal recuperada y la presión de su entrenador por conseguir un tipo de salto muy peligroso, el Salto Thomas, hizo que se rompiera el cuello quedándose tetrapléjica a los 19 años.
Todo apuntaba a que Elena haría historia en los JJOO de Moscú 1980. A pesar de estar recuperándose de una rotura de pierna en 1979, el entrenador de Elena quiso que empezase a entrenar lo antes posible a pesar de no estar recuperada del todo.
Desatendiendo las recomendaciones médicas, su entrenador también la presionó para que incluyera un salto nunca realizado por una mujer en su rutina. Dos semanas antes de que comenzasen los Juegos Olímpicos de Moscú, Elena se cayó practicando el Salto Thomas (un salto de 1 y 3/4 con 1½ giros que terminan en un giro hacia adelante, perfeccionado por el gimnasta estadounidense Kurt Thomas), estrellándose contra su barbilla, lo que le rompió el cuello.
Su lesión se mantuvo en secreto, y años después, en una de las pocas entrevistas para hablar de su accidente que la gimnasta ha concedido, criticó al programa de gimnasia soviético por mentir sobre su situación. Elena Murió en 2006 por complicaciones de la cuadriplejía.
Tras el accidente de Elena, el salto Thomas fue eliminado del Código de Puntos como una habilidad permitida para las mujeres, y en 2020 también se eliminó para los hombres.
Concluye su hilo Andrea Tomé que la decisión de Simone Biles no podía ser más acertada. Pero, tras conocer la historia de otras gimnastas que también eran conscientes de que no estaban al 100%, la decisión de la estadounidense podría ser histórica. Biles ha recuperado el poder de la deportista por encima de la voluntad del entrenador. Ella ha decidido qué era lo mejor para sí misma.