El oro se ha hecho de esperar para el saltador británico Tom Daley y su compañero Matty Lee en la prueba de trampolín de 10 metros sincronizado, que han quedado por delante los chinos Cao Yuan y Chen Aisen y los rusos Aleksandar Bondar y Viktor Minibaev.
El saltador de 27 años, Daley, debutó por primera vez en unos Juegos Olímpicos en 2008 cuando tan solo tenía 14. Cuatro años más tarde, consiguió su primera medalla de bronce en Londres 2012 y la segunda en Río 2016.
Pues bien, Tom Daley ha querido aprovechar el altavoz que supone ganar una medalla de oro en unos Juegos Olímpicos para mandar un poderoso y reivindicativo mensaje que ya ha dado la vuelta al mundo.
Ha sido en la rueda de prensa posterior a la entrega de medallas cuando el saltador olímpico ha querido expresar cómo le afectó a él, que en 2013 se declaró abiertamente homosexual, no tener referentes en el mundo del deporte con su misma orientación sexual. Y es que estos son los Juegos Olímpicos con más deportistas abiertamente homosexuales de la historia, en Pekín solo diez atletas reconocían pertenecer al colectivo.
Por pura probabilidad, es imposible que en los clubes de fútbol o grandes eventos deportivos que reúnen a miles de personas de todas partes del mundo, como unos Juegos Olímpicos, no haya apenas representación o deportistas que formen parte del colectivo LGTBI. No obstante, en ocasiones, prefieren continuar en el armario por miedo a ser juzgados o discriminados.
A día de hoy la discriminación por tener una orientación sexual diferente de la heterosexual sigue siendo una realidad. Es más, esta discriminación se puede llegar a dar, incluso, dentro del seno familiar, como le ocurrió a Franciles, un joven que con 13 años se atrevió a contarle a su madre que era homosexual: "Veía a mi madre muy enrollada y se lo dije, pero me salió el tiro por la culata". No obstante, las cosas no ocurrieron como se esperaba: "Prácticamente lo que vino a decirme fue que yo tenía que cambiar, que sino no iba a pagarme la universidad".
Su discurso ha emocionado a muchos de los espectadores que estaban siguiendo la rueda de prensa en directo o a aquellos que se han topado con su discurso a través de las redes sociales. Gracias a deportistas como él, por fin los jóvenes homosexuales que se estén adentrando en el mundo del deporte podrán tener referentes que les hagan no sentirse solos, raros o diferentes: "Salí del armario en diciembre de 2013 y, cuando era más joven, siempre sentí que estaba solo, que era diferente, que no encajaba y había algo en mí que nunca iba a ser tan bueno como la sociedad quería que fuera", empieza diciendo Tom Daley.
Ahora, con su participación en los Juegos Olímpicos y su activismo, espera "que cualquier joven LGTB pueda ver que no importa cómo de solo se sienta en este momento, no está solo y puede lograr cualquier cosa. Hay muchos miembros de la familia que eliges aquí que están listos para apoyarte", asegura.
Daley está muy feliz de haber conseguido llegar tan lejos en el mundo del deporte y no tiene, faltaría más, ningún tipo de reparo en admitirlo: "Estoy increíblemente orgulloso de decir que soy un hombre gay y también un campeón olímpico. Me siento muy empoderado por eso", ha concluido.
Las palabras del saltador se han viralizado en redes sociales y ya han dado la vuelta al mundo. Han sido muchas las personas que han aplaudido que Tom Daley haya aprovechado su repercusión para lanzar un mensaje tan importante.
Y es que Daley no solo es deportista de élite, sino que también es activista por los derechos de las personas LGTBI y aprovecha sus redes sociales y el altavoz que estas le otorgan, ya que tiene más de dos millones de seguidores en Instagram, para lanzar mensajes tan reivindicativos como el que ha pronunciado en la rueda de prensa tras conseguir el oro olímpico.