Es cierto que las cosas están cambiando y que poco a poco determinados movimientos sociales como el feminismo van calando en la sociedad. Es por eso que cuando se desvelan datos como los que se han extraído de una encuesta sobre violencia machista llevada a cabo en Cataluña estos llaman tanto la atención.
En este estudio han participado investigadoras de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), en el marco del estudio Violencias machistas en la etapa juvenil en Cataluña, impulsado por el Observatorio Catalán de la Juventud. Además, lo realmente novedoso de esta investigación es que es la primera vez que se estudian los datos de violencia machista desde una perspectiva de la juventud, según asegura la propia UOC en su página de noticias.
Pues bien, según este estudio, dos de cada cinco mujeres de entre 16 y 29 años en Cataluña, es decir un 39,4%, han sufrido violencia machista en el transcurso de un año. Con respecto al porcentaje que se da en el total de mujeres este (el que corresponde a las jóvenes) es un 21,8% mayor, ya que el del total de mujeres es del 17,6%.
Son tantos los casos de violencia machista que se dan entre las más jóvenes que en los últimos meses una señal de socorro se ha vuelto viral en las redes sociales y ya han sido varias las mujeres que han sido ayudadas gracias a este gesto.
Estos datos tan reveladores no se habían estudiado hasta ahora, puesto que la juventud ha sido un colectivo invisibilizado en los estudios sobre violencia machista. Ahora, este estudio analiza también cómo afecta esta violencia a las jóvenes según su perfil y, de entre todas las variables, las víctimas se ven sobre todo afectadas cuando se encuentran sin pareja. Y en el caso de que ahora no tengan, pero sí que hayan tenido en el pasado, las jóvenes también son las más victimizadas en comparación con los grupos de mayor edad.
Este estudio también ha concluido cuáles son los tipos de violencia machista más comunes entre los jóvenes y en el ámbito de la pareja la violencia psicológica es la que más se da. Además, esta se materializa de diferentes formas, como por ejemplo a través del control de las actividades, la vestimenta o la interrelación con otros hombres.
Otra de las conclusiones que se han podido extraer de este estudio es que existe mayor prevalencia de violencia machista hacia las jóvenes económicamente dependientes o que tienen diversidad funcional, pero también hacia aquellas que estudian o trabajan.
En este estudio se ha observado también otra problemática y es que hay muchos jóvenes que no identifican según qué comportamientos como violencia machista. Por ejemplo, controlar dónde va tu pareja, con quién ha quedado y qué hace en cada momento también es violencia. Al igual que lo es no dejar que hable con otros hombres, darle un empujón o no dejar que quede con sus amigos. Sin embargo, cuando la violencia se materializa en este tipo de conductas es mucho más detectada por personas más adultas y no tanto por los jóvenes.