Antes de triunfar en OT, donde quedó en tercera posición en la edición de 2018, y de lanzar los dos EP con los que se ha metido a público y crítica en el bolsillo, Natalia Lacunza intentó darse a conocer en ‘La Voz’, el concurso de talentos de Telecinco. Pasó distintos castings hasta llegar a las audiciones a ciegas, aunque ningún coach se dio la vuelta al escucharla.
Allí se presentó como Eilan Bay, uno de los dos pseudónimos que la pamplonica ha usado a lo largo de su trayectoria. El otro ha sido Arthemis, un nombre que ahora lleva grabado en la piel. En Yasss te contamos de dónde vienen.
En una entrevista con la revista Off Magazine, de la Universidad de Navarra (donde Lacunza empezó a estudiar Comunicación Audiovisual), la por entonces poco conocida artista explicaba la elección de su alias artístico, “un manifiesto de a dónde dirigirse” que había surgido mientras terminaba sus estudios de bachillerato. En el vídeo, que ahora está borrado, pero del que se hace eco Diario de Navarra, la pamplonica explicaba el por qué de sus dos nombres.
El de Arthemis viene de la diosa Arthemisa, a la que también recuerda con el primer tatuaje que se hizo. Según explicaba en el programa ‘Tintas’, de Playz, lo lleva en el pecho izquierdo y se trata de un diseño muy significativo: con él, homenajea a las cazadoras que se cortaban el pecho izquierdo para colgarse el arco de ese lado cuando salían a cazar. “Tenía mucha relación con la música y como icono feminista…”, explicó en la misma entrevista.
Por su parte, el nombre de Eilan Bay es una versión de su nombre (que se lee al revés Ailatan; su padre le sugirió Ailan y, como en inglés la ‘a’ suena como una ‘e’ española, se quedó como Eilan) y el apellido de uno de sus artistas favoritos, James Bay. Con ese pseudónimo publicó sus primeros temas, como ‘Don’t ask’.
Aunque la conocimos en OT, la vena musical de Natalia Lacunza no llegó en 2018. Desde muy pequeña se interesó en la música, y en la universidad decidió dedicarse casi íntegramente a ella. Por eso, en 2017 tomó la decisión de participar en los castings de La Voz, aunque ninguno de los miembros del jurado la quiso en su equipo. Un año después, entraba en la Academia de Operación Triunfo.
Allí fue una de las favoritas del público desde el principio. Sus covers y versiones en el programa se hicieron virales y acumulan millones de visualizaciones en YouTube. La navarra llegó hasta la final, junto a Famous Oberogo y Alba Reche, que quedaron en primera y segunda posición, respectivamente. Después, junto a sus compañeros de edición, Lacunza participó en la gira de OT, que les llevó por distintas salas y estadios de España.
Unos meses después de la final de OT, tras plantearse “qué tipo de artista quería ser”, según le reconocía a Yasss en una entrevista durante la cuarentena, Lacunza publicó su primer sencillo, ‘nana triste’, un tema acústico y muy nostálgico en el que le acompaña Guitarricadelafuente. Este forma parte de su trabajo debut, el EP ‘Otras alas’, al que le siguió ‘EP’, lanzado poco antes del confinamiento domiciliario de marzo.
“Fue un poco agridulce porque justo el día que se decretó el estado de alarma estaba haciendo promo”, reconocía entonces. “Me falta el feedback de la gente, que me gustaría saber qué opinan y me lo digan cara a cara, pero estoy contenta con el resultado a nivel digital. Hay comentarios muy positivos”.