El término domótica proviene de la unión de las palabras domus (en latín, casa) y tica (en griego, “que funciona por sí misma”). Si no sabes de qué hablamos, seguro que te viene a la mente esta imagen: alguien entra en su casa y todas las luces se encienden a su paso. Con su voz, le pide al sistema que programe su despertador a una hora específica del día siguiente. Acude con un poco de hambre a la nevera y el aparato le cuenta que sus reservas de zumo están a punto de acabarse.
Esto es exactamente la domótica: una tecnología aplicada a controlar y hacer automáticas toda clase de tareas domésticas en nuestro hogar (también se usa en edificios), y una forma moderna, sostenible, de facilitarnos lo que antes requería acciones específicas y reiterativas. Todo está centralizado y se controla desde un único punto de la casa (o con el móvil). Algo así como el ordenador Madre en la película Alien combinado con el asistente de voz en Her.
¿Quién no quiere un piso inteligente que sepa lo que necesitamos antes incluso de buscarlo? ¿Un hogar con su propio cerebro que ahorre energía, consuma los recursos mínimos con el mayor grado de eficiencia y no contamine? Es el futuro y hay trabajo.
en domóticaEn la actualidad no hay carreras universitarias orientadas a aprender y desarrollar la domótica. El desarrollo de esta tecnología, a la búsqueda de la casa del futuro, requiere conocimientos en programación y en inteligencia artificial; expertos que sepan crear un software específico para cada funcionalidad del hogar en el que se aplique. Una Siri que controle nuestros biorritmos, una cámara de seguridad que se active en cuanto detecta una presencia que no reconoce o unas persianas programadas para regular la luz según cambie el tiempo, entre otras muchas funciones.
Muchos expertos coinciden en que la domótica apenas se menciona en las carreras técnicas. Hay que tirar de bibliografía especializada o bucear en costosos cursos online que no garantizan adquirir conocimientos con aplicación real. Esto supone un problema para encontrar verdaderos profesionales o incluso pioneros en el desarrollo de sistemas y tecnologías que aún están por llevar los Smart Home a su máximo potencial.
En un futuro cada vez más cercano, está más que claro que nuestra casa responderá por nosotros. El llamado Internet de las cosas, otra parte hermana de esta tecnología (aunque los entendidos no lo consideran parte de la domótica), está llamado a integrarse en nuestra rutina. Nuestra casa, con su “cerebro inteligente”, sabrá lo que necesitamos y nos lo facilitará de forma automática, sin que tengamos que preocuparnos de buscarlo. ¿Pero quiénes son los encargados de inventar todo esto?
Si has descubierto que tu pasión es facilitar la vida de las personas con esta tecnología inteligente, deberás tener conocimientos de informática y de lenguaje de programación. Es un campo relativamente nuevo que exige desvíos formativos, un itinerario casi autodidacta en el que lo mejor es que tomes la iniciativa y te especialices en cuanto te sea posible.
Recuerda que tener un conocimiento específico y exclusivo te hace más valioso a los ojos del mercado laboral. Las universidades y centros de ciclos formativos cada vez son más conscientes de que deben adaptarse a esta nueva realidad.
Estudiar arquitectura o una ingeniería es tu mejor baza para poder meter un pie en este campo profesional. Ingeniería de telecomunicaciones o formación profesional en Ingeniería Electrónica industrial son opciones más que interesantes. Si ya te has graduado en ingeniería, quizá lo mejor sea realizar un máster especializado en esta rama profesional. La UCAM ofrece un título llamado ‘Experto Universitario en arquitectura inteligente Domótica e Inmótica’.
Si lo tuyo es un trabajo más físico, otra posibilidad interesante es enfocarte en la formación profesional y convertirte en técnico, esa persona que implementa en la casa domótica el software y la tecnología necesaria para su correcto funcionamiento. Es decir, una labor que implica mancharse las manos y gestionar físicamente el funcionamiento de la casa o edificio de nuestros sueños.
Ya hemos comentado que no existe un grado profesional especializado, pero algunos ciclos formativos te van a permitir adquirir mucha información útil, y de nuevo, un curso de especialización es tu mejor baza.