Los ninis, esa generación "perdida" que no quería estudiar porque, total, pa qué, y no quería trabajar porque, total, pa' cuatro duros que me van a pagar y con un contrato de mierda. Los ninis eran millennials, jóvenes de entre 15 y 25 años (cuando estalló la crisis mundial de 2008) cuyas vidas se quedaron en stand by porque no podían, por motivos económicos, o no querían acceder a estudios superiores y no podían trabajar porque no había trabajo, básicamente.
Una generación a la que no se trató de comprender en su momento, sino de ridiculizar por no querer seguir el plan establecido que había funcionado a la perfección antes de esa crisis que todo lo cambió. La fórmula estudia mucho y encuentra un buen trabajo había caducado.
Esos jóvenes se pasaban el día en casa, conectados a internet, y de ahí surgieron los primeros youtubers, influencers, y hasta los primeros Community Managers. Incluso las grandes revoluciones sociales como la Primavera Árabe o el 15M español se relacionan con estos ninis que sí tenían motivación pero no oportunidades.
Era muy fácil decirle, desde la superioridad moral y la mirada paternalista, a los más jóvenes: "ni estudias ni trabajas" (de ahí sale el término nini). Lo difícil era aceptar que la cifra del paro juvenil en 2010 superaba el 40%. Por suerte, este panorama ya ha cambiado.
Según el informe Indicadores comentados sobre el estado del sistema educativo español 2019 presentado el pasado 18 de septiembre de 2019, una de las cosas que más claras tienen los jóvenes ahora mismo es que tienen que estudiar. Resaltan el hecho de que en la recuperación poscrisis las aulas no se hayan vaciado, algo que ya había pasado en anteriores épocas de bonanza económica.
Comenta al respecto el Catedrático de Sociología de la Universidad Complutense, Rafael Feito que los más jóvenes tienen claro que hay que estudiar para tener un trabajo con buenas condiciones: "Pese a que la economía española empieza a demandar mano de obra de bajo nivel educativo, no parece que esta vez los jóvenes se dejen atraer por los cantos de sirena del trabajo no cualificado".
Hemos charlado con Carlos, un chico de 22 años que ha trabajado desde que empezó sus estudios de Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid: "Cuando empecé la carrera trabajaba como monitor de tiempo libre los fines de semana y los veranos enteros para sacarme un dinero. En tercero de carrera empecé a hacer prácticas en medio de comunicación, y en uno de esos sitios en los que hice de becario conseguí ser contratado. Eso hizo que tuviera que ir más despacio con la carrera. Ahora tengo trabajo, pero también tengo el TFG [trabajo fin de grado] pendiente".
También Manu, un chico de 24 años que estudia Magisterio de Primaria en la Universidad de Valladolid, trabaja en lo que le gusta mientras estudia aquello que puede asegurarle un futuro estable: "Estudio y trabajo porque mi pasión en la vida es el baloncesto, y juego en un equipo profesional en el que no cobramos mensualmente pero sí nos dan una compensación anual. También entreno a un equipo de baloncesto de niñas de 13 y 14 años. Aunque es mi gran pasión sé que no me va a dar de comer eternamente y por eso estudio el Grado de Educación Primaria porque el baloncesto se acaba terminando. Estudio para tener un futuro más sólido y porque también me gusta ser maestro".
España está a la cabeza de los países donde los jóvenes estudian o estudian y trabajan con un 73,6%. La media de la UE-28 es del 69,5%. Es una gran noticia y además acaba con el malintencionado calificativo de "ninis" para los jóvenes españoles. Ahora somos los más "sisis" de Europa.