Seguro que alguna vez te has planteado la posibilidad de irte fuera de España para seguir completando tus estudios. Tienes claro que tener una formación internacional y los idiomas a punto puede ser la clave en un mercado laboral cambiante y competitivo; feroz, en definitiva. ¿Pero cuánto cuesta aproximadamente cruzar la frontera e hincar los codos en una universidad extranjera?
Salvo que tu propia economía o la de tu entorno familiar sea boyante y puedas plantearte estudiar fuera sin demasiados quebraderos de cabeza, trasladarse a otro país para terminar la carrera o realizar ese máster que catapulte tu currículum implica valorar muchos factores específicos.
No solo tendrás que ponderar el coste de la vida de ese otro lugar que hayas elegido para ampliar tu expediente académico (ve sumando: alquiler de una habitación, gastos diarios, comida o transporte), sino los propios gastos anuales de matrícula en esa universidad extranjera, pública o privada. Añádele al cóctel los posibles costes administrativos de un traslado de expediente y otros muchos imponderables. Toca sacar la calculadora.
Te damos un dato: Australia, Estados Unidos e Inglaterra son los lugares donde más caro sale estudiar una carrera universitaria (en algunos casos no bajarás de los 20.000 dólares anuales), mientras que hacerlo en Singapur, Alemania o Francia sale mucho más económico a tu bolsillo.
Lo primero que tienes que saber es algo que te va a sorprender. Con el incremento de las tasas universitarias en los últimos años, en España ya no sale nada barato estudiar en una universidad pública, sobre todo si lo comparamos con Francia, con más de ochenta centros públicos con unos costes anuales unificados.
Sí, estudiar una carrera o un máster en el país galo sale (a veces) mucho más barato que hacerlo aquí, donde las diferencias por regiones también son muy evidentes. Un estudiante que se decante por sacarse la carrera de derecho en Madrid sabe que va a tener que pagar un coste muchísimo más alto que uno que trote por Galicia.
Desde 2013, las tasas universitarias en España para grado y posgrado han aumentado en torno a un 65%. A esto hay que sumar el enorme coste ponderado por segunda o tercera matrícula, con casos en los que se llega a pagar hasta tres veces el precio inicial. Pero es en la especialización, tras terminar la carrera, donde puede reventarte la cabeza con los precios que se pagan.
En algunos casos, la diferencia de costes es abrumadora, como revela un estudio elaborado en 2017 por el Observatorio del Sistema Universitario: de los varios miles de euros que cuesta estudiar un posgrado en alguna rama de la medicina en Madrid a los 300 euros anuales de un posgrado en Francia o Alemania, donde los costes son muy bajos. Echa cuentas.
Tal y como cuenta la Comisión europea en el informe Tasas académicas nacionales y sistemas de ayuda en la educación superior (2014/2015) en Chipre, Dinamarca, Alemania, Grecia, Malta, Finlandia, Suecia, Noruega y Turquía la matrícula universitaria es gratuita. Estos países tienen la obligación de ofrecer estos estudios al mismo coste para los ciudadanos intracomunitarios.
Esto significa que el factor inicial que has valorado, cuánto te cuesta estudiar en una universidad europea, a veces se invierte, y de qué forma.
Si has elegido una universidad americana para estudiar, toca asumir la sangría y aflojar el bolsillo. De nuevo la elección depende de un imponderable: el coste de la educación en relación al prestigio. Los gastos varían mucho de una universidad a otra, y al igual que en otros países, elegir entre lo privado y lo público acarrea distancias insalvables. Desde los 8000 dólares anuales de un Community College a los 20.000 de una universidad pública, o en el nivel más alto, los 50.000 que puede llegar a costar la George Washington University.
No todo es una debacle financiera que te deje sin ahorros (o los de tus pobres padres). Existen varias organizaciones que ofrecen becas a estudiantes españoles que deseen ampliar su formación en los Estados unidos: AACE International Competitive Scholarship Program o Google Science Fair, entre otras, ofrecen ayudas a diferentes tipos de perfiles.
Algunas de las becas son de considerable prestigio e importancia, como la Fullbright, que concede el Departamento de Estado, y tiene una modalidad específica para estudiantes extranjeros. Es importante tener presente, en este caso, las puertas que se te pueden abrir en el futuro gracias a este tipo de ayuda, y por eso la Fullbright es tan codiciada. Eso sí, la competencia es despiadada. Muchas solicitudes y un estudio exhaustivo de los candidatos. Solo cogen a los mejores, pero el esfuerzo merece la pena.