Si nos paramos a pensarlo, comemos cosas rarísimas. Como los percebes o las tripas de los animales. Lo que pasa es que como es algo que está rico y se ha comido toda la vida, pues oye, tiramos palante. Eso cuando sabemos qué es exactamente lo que estamos comiendo, porque muchas veces pedimos algo, unos callos o unas mollejas, por ejemplo, y en realidad no tenemos ni idea de lo que nos estamos llevando a la boca. Quizás, en este contexto, no sea tan raro comerse unos gusanos de la harina.
El 25 de noviembre de 2015 el Parlamento Europeo aprobó un reglamento para empezar a considerar "nuevos alimentos", tal y como fueron llamados en su momento, cosas que hasta entonces no lo habían sido, como "insectos enteros y sus partes" o o alimentos derivados del cultivo de células. Pero después de que Europa legisle tiene que venir la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) a aprobar el consumo de un nuevo alimento, y esto es lo que le acaba de pasar al gusano de la harina. ¡ñam!
En 2018 algunos productos hechos a partir de insectos ya se empezaron a comercializar en los supermercados, por ejemplo, como las barritas con grillos. Ahora, la EFSA ha concluido sus estudios y ha declarado que los gusanos de la harina también son alimentos seguros, aunque, por supuesto, seguirán investigando.
Desde que comenzase a aplicarse la nueva normativa sobre los nuevos alimentos, la EFSA ha recibido montones de solicitudes de fuentes de alimento que quieren ser declarados seguros, desde hongos hasta algas, no solamente animalitos. Por primera vez, desde esta institución publican la evaluación de un insecto como alimento seguro, apoyando la idea de que en el futuro nos podremos alimentar de gusanos e insectos con total confianza.
En este análisis, los investigadores explican que el gusano de la harina es seguro y tiene un considerable aporte de proteínas para el ser humano. Conocido científicamente como Tenebrio molitor larva, estos gusanos son más bien los hijos (las larvas) de una especie de coleóptero que puede llegar a medir 2 cm de largo. Son animales descomponedores, es decir, se alimentan de insectos muertos o heces, además de plantas, semillas y hojas caídas.
Algunas mascotas ya eran alimentadas con gusanos de la harina, sobre todo reptiles y aves, y también podían usarse como cebo de pesca. Además, los científicos también están investigando a este gusano como descomponedor de plástico y posible vía de salvación para la cantidad de basura que generamos los humanos.