Si la vida fuera justa, la prueba más complicada para acceder a la vida adulta debería ser la EBAU. Pero en le mundo (cruel) en el que vivimos es mucho más fácil sacar un 14 en selectividad que encontrar una habitación habitable por un precio que te puedas permitir.
Reconozcámoslo: no estamos en el mejor momento para salir a alquilar pisos o habitaciones. Desde hace un par de años para acá la cosa se ha puesto muy fea y buscar una habitación significa ver cosas muy horribles en las que nadie debería vivir.
Como encontrar una habitación decente sin que te estafen es toda una hazaña, creemos que toda ayuda es poca y por eso hemos preparado esta serie de consejos para evitarte alguno de los disgustos que te vas a llevar si tienes poco dinero y la necesidad de buscar una habitación para el próximo curso.
La pregunta del millón. Y solo hay dos posibles respuestas: con muchísima suerte o con muchísima paciencia. La suerte no se entrena, así que vamos a centrarnos en la parte de la paciencia, que es la que podremos manejar mejor. Estos son nuestros consejos para encontrar una buena habitación y sobrevivir para contarlo.
1. Calcula tu presupuesto
Lo principal y lo más importante. No salgas ahí fuera sin saber cuánto dinero te puedes gastar al mes en una habitación o en un piso para ti solo. Piensa en cuánto dinero tienes y cuánto vas a utilizar en la vivienda. Sé realista, claro. Mira a ver qué precios son los normales en ese barrio, en esa ciudad... y ajusta un presupuesto que te permita pagarte un techo pero también comer y vivir.
2. Suscríbete a todas las webs y apps de alquileres
Cada vez hay más maneras de buscar piso o habitaciones. Desde las páginas más conocidas hasta las nuevas aplicaciones, e incluso grupos de Facebook. Tú apúntate a todo, que ya tendrás tiempo de borrarte. Cuantos más sitios mires, más posibilidades tienes de encontrar.
3. Dile a la gente que estás buscando habitación
Cuéntaselo a todo el mundo. A tus familiares, a tus amigos, a la gente de las redes sociales... Nunca sabes quién tiene un primo o un amigo al que se le acaba de quedar una habitación libre. ¡Eso sí! Que sea de confianza no quiere decir que no pueda ser sospechoso, demasiado caro, o directamente ilegal. Para que esto no te pase, sigue leyendo.
4. Haz una lista de lo que necesitas (no de lo que quieres)
Antes de ponerte a ver pisos, estaría muy bien que hicieras una lista de tus imprescindibles. Lo imprescindible es lo necesario, no lo que te gustaría tener para vivir dignamente. A todos nos encantaría tener una habitación amplia, con armarios empotrados, una ventana enorme para que entre bien de luz, terraza si hace falta, un baño privado y un mayordomo propio que te masajee los pies antes de dormir. Pero no necesitas nada de esto. ¡O sí!
Piensa en qué es prioritario para ti: ¿la zona?, ¿el espacio?, ¿la luz?, ¿la privacidad?, ¿una cocina gigante? ¿un garaje porque tienes coche? Está muy bien tener muy claro lo que buscas porque cuando empieces a vivir el drama de los alquileres y a ver todo tipo de desgracias vas a querer conformarte con cualquier cosa que no dé miedo y dirás que sí a habitaciones que realmente no querías. ¡Y piensa que luego vas a tener que vivir ahí mucho tiempo!
5. Mira y pregunta absolutamente TODO
En cuanto consigas una cita para ver el piso o la habitación que se alquila (y que podría convertirse en tu nuevo habitáculo) libérate de la vergüenza y del miedo y míralo TODO. Abre puertas, armarios, mira debajo de la cama, sube persianas, abre la nevera, prueba el colchón, ¡¡TO-DO!! Todo lo que estás viendo podría ser "tuyo", y seguro que no quieres nada en mal estado, que no funcione, o que sea una puerta que no lleve a ninguna parte. No te cortes un pelo a la hora de curiosearlo todo y de hacer cualquier tipo de pregunta que se te ocurra.
6. Si vas a compartir con desconocidos, charla un poquito con ellos
Si te cambias de ciudad y vas a compartir un piso con gente que no conoces de nada, quizás quieras saber un poco de qué pie cojean antes de tomar la decisión de si te quedas con la habitación. A veces, las personas que buscan nuevo compañero preparan un test o una entrevista para conocer mejor a la persona que van a meter en el piso. ¡Tú puedes hacer lo mismo! Tanto derecho tienen ellos en conocerte bien a ti como tú a ellos. No te creas que estás en posición de inferioridad solo porque no tienes un sitio donde vivir (todavía).
7. Léete el contrato tres veces y dile a tus padres que se lo lean también
Y si tienes un tío abogado, pues que le eche un vistazo. Tienes que asegurarte muy bien de lo que estás firmando, y entender cada uno de los puntos del contrato de alquiler. Además, como inquilino, también tienes tus derechos, y es tu responsabilidad asegurarte muy bien de que el engaño no está viniendo a través de la letra pequeña.
8. No alquiles nada sin verlo o sin enviar a algún amigo a echar un ojo por ti
Vives a 500 km de tu nuevo destino y no puedes ir todos los días a mirar habitaciones para alquilar. Así que te fías de lo que ves en internet y tan ricamente. ¡ERROR! No alquiles nada sin verlo primero, y si no puedes ir tú, manda a algún amigo o pide al propietario que te lo enseñe por Skype, ¡o lo que sea! La mayoría de los timos empiezan así, con una persona muy necesitada de una vivienda que no puede verla antes de alquilarla.
9. No te fíes de ningún chollo
Ni hay oro barato ni chollos en el mercado inmobiliario. El tema de los alquileres cada vez está más imposible: hay pocos pisos y mucha demanda, lo que ha hecho que suban los precios un montón. Así que, si encuentras un chollazo y crees que has tenido suerte, probablemente lo que hayas encontrado es una estafa como un castillo de grande.
Si aún así estás dispuesto a arriesgarte, cuidado con los propietarios que "viven en Alemania", que solo quieren ser contactados por mail o que quieren que les adelantes un poco de dinero, por poco que sea, antes de enseñarte el piso o como reserva.
10. No sueltes un duro sin firmar nada
Un poco lo mismo de antes. Aunque estés totalmente conforme con todo lo que has visto, los precios te cuadren y te hayas leído el contrato del derecho y del revés y todo esté perfectamente, no adelantes nada de dinero si no estás firmando un papel. Piensa que, cuando entres a vivir, es posible que te exijan, como mínimo, el mes en curso y la fianza. Eso es legal. A veces te piden incluso dos meses por adelantado. Bueno, ok. Te pidan lo que te pidan, no puedes dar dinero que no sepas a dónde va. ¡Ah! Y procura no dar dinero en mano, sino a través de transferencia bancaria. Así habrá registros de todos tus movimientos en el caso de que surja algún problema.
11. Asegúrate de qué incluye el precio y qué no
En la mayoría de los casos, el precio de alquiler no se corresponde con el dinero que te vas a gastar tú al mes por vivir ahí. A veces rechazamos una habitación de 400€ con gastos incluidos porque nos parece una barbaridad y nos parece muy bien una de 320€ al mes con gastos aparte, porque no sabemos a cuánto suelen ascender las facturas en esa casa.
Fíjate bien en qué está incluido en el alquiler y qué no. Y calcula, antes de decidirte, por cuánto te va a salir al mes vivir ahí en realidad, para que luego no haya sorpresas.
12. Si estás desesperado, siempre te quedan las inmobiliarias
¿Por qué no nos gustan las inmobiliarias de primeras? ¡Porque cobran por sus servicios! Y claro, no nos sobra el dinero, así que preferimos buscarnos la vida por nuestra cuenta. Pero a veces la vida es tan complicada que un poquito de ayuda no viene mal. Y, al fin y al cabo, el trabajo de las inmobiliarias es ponerte las cosas lo más fáciles posible y evitarte contactos con estafadores. Si empiezas a desesperarte quizás no sea una mala idea requerir a los servicios de alguna agencia que te ayude a buscar piso o habitación.
13. Si, por desgracia, te encuentras con una estafa, ¡denúnciala!
Has cumplido todos estos consejos a rajatabla, ¡y aún así te has topado con un estafador! No te enfades y te creas la persona más estúpida del mundo. Tú no eres tonto o has tenido mala suerte, ¡es el otro el que es un delincuente! Así que tienes que denunciarlo. Para que no se vaya de rositas y para que no estafe a más gente.
Hemos hablado con Candela, que tiene 27 años y se ha mudado muchas veces, pero en una ocasión fue víctima de una estafa inmobiliaria. Ella lo cuenta así: "Buscaba un piso barato en Madrid, algo que sé que es casi imposible, y por "suerte", encontré un piso a través de un famoso portal de internet que no llegaba a mi precio tope, que además incluía los gastos y para rematar, sin inmobiliaria de por medio.
Tras ver el piso, la dueña me pidió una reserva para no seguir enseñándolo. Además, aparece de repente una supuesta inmobiliaria a la que debía dejarles un mes de comisión y unas condiciones en el contrato que nunca fueran comentadas de palabra. Cuando me quise echar atrás, al no estar de acuerdo con estas condiciones que no estaban por escrito, la dueña se negó a devolverme el dinero diciendo que ya lo tienen en la inmobiliaria.
Gracias a hablar de mi drama inmobiliario con mis compañeros de trabajo, una compañera consigue recuperar el anuncio borrado del portal donde indica claramente "particular". Entonces decidí pedir asesoramiento legal pero las conversaciones con los abogados se alargaban en el tiempo y no llegaban a nada. Entonces me enteré por un buen amigo de que puedo poner una denuncia en el juzgado, sin coste alguno, y eso hice. Finalmente, gracias a la denuncia, conseguí que me devolviera el dinero de la reserva, pero no la parte que le reclamé de gastos económicos derivados de su engaño: asesoramiento legal, traslados y nueva mudanza. ¡Denunciad siempre!"