Ya no son 3 años, sino 5
El plazo mínimo se amplía a 5 años (incluso a 7 si el arrendador es una persona jurídica, no un señor/a cualquiera). Y una vez llegues al final, aún tendrás tres de prórroga antes de que te puedan echar de la buhardilla tan mona (de 23 metros y bien de humedades) que te alquilaste con tu churri.
No a las fianzas desmedidas
Hasta ahora tu casera te podía pedir lo que quisiese. Diez años, una voltereta, un riñón... y daba igual, porque según está el paño y la mierda que está alquilando la gente por ahí, tú lo ibas a pagar. El límite serán dos mensualidades de fianza desde ya.
Se acabó pagar tú a la inmobiliaria
Seguro que te ha pasado muchas veces. Vas a alquilar y acabas pagando tú a la inmobiliaria que ha contratado tu casero para que te busque. Ahora lo paga el arrendador. ¡Bien! Digamos que tienes un mes gratis.
Acuerdos para reformas
Si quieres que te reformen el baño porque está que se cae o te pinten las paredes porque no han visto una brocha desde la Expo de Sevilla, ya no habrá que esperar a que acabe el contrato. Puedes ponerte de acuerdo con el casero/a mientras tienes papel en vigor.
Exención de impuestos
Esto es más técnico: estás exento de pagar el impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados. Y se elimina la obligación de repercutir en el IBI al arrendatario en el alquiler social de vivienda.
Ojo, no la líes con el alquiler turístico
Eso de poner tu habita en Airbnb de la que pasas el verano en tu pueblo se va a acabar. Ante el auge del alquiler turístico, la comunidad de vecinos puede prohibírtelo (sobre todo si al que metas les molesta).
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