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Vegetarianismo o veganismo: más allá de ser una dieta, es un estilo de vida

  • La dieta flexitariana es el paso previo a abandonar por completo la carne y el pescado, de manera progresiva

  • En el caso de abandonar los alimentos de origen animal, es muy importante que recurras a los suplementos vitamínicos

Llevas tiempo dándole vueltas a la idea y las últimas semanas han sido clave para dar el paso: vas a iniciarte en el vegetarianismo, ya sea por motivos de salud, conciencia ética o amor a los animales. Una decisión trascendental que va a marcar un antes y un después en tu vida y en tus hábitos.

A pesar de que sigue habiendo quien no comparte este estilo de vida, esta tendencia cada vez es más habitual y la cocina vegetariana se ha instaurado en el día a día, hasta consolidarse por completo.

Por lo que, si estás totalmente ready para ser vegetariano, lo primero que debes conocer es en qué se basa la alimentación vegetariana y en qué se diferencia del resto de variantes y del veganismo.

Vegeterianismo

Es el tipo de dieta más extendida, pero también la que genera más confusión -sus fronteras pueden conllevar a error-.

Si por algo se caracteriza la comida vegetariana es por la ausencia de todo tipo de carne, pescado y marisco, siendo la base de su alimentación: las legumbres, verduras, frutas, cereales, frutos secos y semillas.

No obstante, en una dieta vegetariana se pueden incluir algunos alimentos provenientes de animales, como huevos, lácteos o miel. Y es aquí donde el abanico de posibilidades se extiende ofreciendo una serie de alternativas:

  • Ovolactovegetarianismo: Si decides dar la bienvenida al vegetarianismo, pero eres un amante de los lácteos y huevos -viéndote incapaz de abandonarlos-, entonces esta es tu filosofía. Los ovolactovegetarianos continúan consumiendo lácteos -sobre todo queso- y huevos, eso sí, se preocupan en que el origen de estos productos sea sostenible y/o ecológico. Y en el caso de la leche, suelen decantarse por la opción vegetal.
  • Ovovegetarianismo: Su dieta vegetariana se caracteriza por la ausencia de lácteos y la presencia de huevos.
  • Lactovegetarianismo: Es la alternativa a la anterior, un lactovegetariano rechaza el consumo de huevos, pero aprueba los lácteos y todos sus derivados.
  • Apivegetarianismo: La procedencia animal de la miel también puede generar conflicto en un vegetariano, por ello surge esta modalidad. Los apivegetarianismo admiten el consumo de miel y siempre van a procurar que su origen sea sostenible y/o de producción local.

Veganismo

Si todavía quieres ir más allá, ya que tu nivel de compromiso ético con la naturaleza y medio ambiente es total, el veganismo es lo tuyo.

Esta práctica se define por la ausencia de productos animales y de todos sus derivados, es decir, nada cuyo origen sea animal -huevos, lácteos, miel...-.

Y, por supuesto, nada de productos que contengan ingredientes de procedencia animal –ya que pueden contener aditivos o conservantes con este tipo de origen-. Por lo que es habitual ver a un vegano chequeando el etiquetado de un alimento antes de consumirlo y continuar siendo fiel a su lifestyle.

Y es que el veganismo no es solo un tipo de dieta, es una filosofía vida que se extiende a ámbitos como al de la moda, ya que tampoco se contempla la compra de prendas de piel, cuero, seda o lana, ni cosméticos que no sean veganos. No obstante, hay quienes solo se limitan a la alimentación vegana sin importar usar este tipo de ropa, o maquillajes.

Como en el vegetarianismo, también existen diversas variantes:

  • Crudiveganismo: A ella pertenecen aquellos que defienden que los alimentos deben consumirse en su estado natural, crudos, para conservar sus nutrientes. Aunque sí que toleran aquellas técnicas culinarias que no someten al producto a más de 42ºC-48ºC.
  • Frugivorismo: Esta dieta se basa únicamente en el consumo de frutas y semillas -partes de la planta que se pueden recolectar sin dañarla-. Es considerada extrema y radical, ya que a largo plazo puede ocasionar problemas de salud. Lo habitual es complementarla con verduras, frutos secos y semillas -dependiendo de cada persona-.
  • Flexitarianismo: Los flexitarianos son aquellos que llevan una dieta vegana casi de manera completa, pues consumen de manera ocasional productos de procedencia animal -aunque no son los protagonistas del plato, su papel es complementario-. Aunque no es considerada como una dieta vegana o vegetariana, es el primer paso para dar el salto a estos estilos de vida de manera progresiva.
  • Friganismo: Se asocia más a un movimiento anticonsumista y ecologista, que a un tipo de alimentación. Esta polémica práctica, consiste en la recuperación de comida desechada a los contenedores, por restaurantes y supermercados -los friganos se aseguran de que sigue en buen estado, a pesar de estar caducada o a punto de ello-. La relación que guarda con el veganismo se basa en la limitación al acceso a carnes.

Sea cual sea la filosofía de vida que adoptes, ten claro que todas y cada una de las opciones son totalmente respetables. Abraza aquella con la que más te identifiques o represente tus ideales y asegúrate siempre de complementar tu nueva alimentación con suplementos, pues no todas estas dietas cubren las necesidades nutricionales… ¡La salud es fundamental!