La vida de Selena Gomez no ha sido sencilla. A pesar de que en lo profesional las cosas no podrían irle mejor, a lo largo de los años ha tenido que enfrentarse a varios problemas de salud que casi le cuestan la vida.
La actriz y cantante tuvo que someterse a un trasplante de riñón en 2017. Fue quien por aquel entonces era una de sus mejores amigas, Francia Raisa quien se lo donó, haciendo que la vida de Selena fuera mucho más sencilla y tuviera una segunda oportunidad. Esta operación fue necesaria a causa del lupus que padece y que le ha causado varias complicaciones.
Además, en 2020 reveló que le habían diagnosticado un trastorno bipolar, algo que no llevó demasiado bien en un primer momento. De ello habló en el documental que hicieron sobre su vida, "Fui a uno de los mejores psiquiátricos y me di cuenta, después de años de pasar por muchas cosas diferentes, de que esto es un trastorno bipolar", explicó en una entrevista para Rolling Stone. “Me costó mucho trabajo aceptar que era bipolar y aprender a lidiar con ello porque eso no iba a desaparecer”.
Esto no le ha impedido triunfar en todo lo que se ha propuesto, aunque sí se lo ha puesto más complicado. Selena lleva dedicada al mundo del espectáculo desde que era una niña y se convirtió en uno de los rostros más populares de Disney. Su primera oportunidad en la actuación le llegó cuando solo tenía siete años.
Cuando apenas tenía siete años, Gomez consiguió que la contrataran para aparecer en ‘El Show de Barney y sus amigos’, un programa infantil estadounidense protagonizado por un gran dinosaurio de color rosa. El sueldo que recibió por participar allí lo destinó a pagar el alquiler de la casa en la que vivía junto a su madre.
El dinero no sobraba en casa de Selena, su madre la tuvo cuando tenía solo 16 años y la relación con su padre se acabó poco después de que naciera la artista. Se mudó a Los Ángeles con el objetivo de cumplir su sueño de ser actriz, una ciudad que no es famosa por ser barata, por lo que no es raro que el dinero fuera empleado en saldar esta deuda.
Mudarse a Los Ángeles junto a su madre fue una decisión arriesgada, pero el tiempo ha demostrado que también fue acertada. La carrera de Selena despegó y nunca terminó de ascender, convirtiéndose en un rostro popular desde el principio y sumando proyectos con los que no solo aumentaba su cuenta bancaria, también su legión de seguidores.
Los mismos fans que nunca le han dejado de apoyar, ya sea en su carrera como cantante o cuando se mete en la piel de un nuevo personaje. Lejos quedan sus papeles en series adolescentes, interpretaciones que recuerda con gran cariño, pero desde hace tiempo su carrera se ha ido diversificando, probando suerte en otros ámbitos de la industria, como con su productora July Moon Productions.