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Prohibido ser guapa, vestir mal o acercarse demasiado: las reglas que deben seguir las canguros de las Kardashian

Todxs hemos tenido algún jefe que nos exigía cosas más allá de lo razonable en nuestro contrato. “¿No te importa quedarte una hora más, verdad?”. “Esto era para anteayer”. “Necesito una transfusión urgente de sangre y va a ser la tuya; para eso eres mi becario”. 

Por supuesto, estas relaciones de desigualdad también se dan en el hogar de los famosos. Es fácil imaginar a algunos como auténticos dictadores con las personas que trabajan para ellos. El mejor ejemplo es el del clan Kardashian-Jenner. Según ha trascendido, la familia-reality más famosa de Estados Unidos realiza un durísimo proceso de selección con las canguros que se encargan de su camada. Paga precio quien compra los lujosos productos de la línea cosmética de Kim, que ha sido muy criticada en redes; y también quien trabaja para ella.

Las empleadas, cuidadoras y supernannies que logran entrar de milagro en la familia tienen que cumplir algunas reglas feroces al milímetro, si no quieren ser intercambiadas por otra esclava. Lo peor: hay mucha competencia para convertirse en una cobay… perdón, un ser humano al servicio de la familia.

Que corra el aire

Todas las nannies que cuidan a los cachorros del clan televisivo más famoso de América funcionan bajo la política del cordón sanitario. Su contrato especifica que revolotearán siempre a una distancia que respete el espacio personal del niño y de su madre. Ni muy cerca, ni demasiado lejos como para no poder tirarse a una piscina para salvar al crío del ahogamiento (aunque lo deseen y fantaseen con ello en el cuarto del servicio). 

A esta particular apetencia le viene que ni pintado otro rumor que los medios no han conseguido desmentir. Se dice, se comenta, que la babysitter que pasa este proceso de selección tan denigrante es instruida para caminar a la sombra de la Kardashian de turno. La hermana famosa va delante; su niñera detrás, en forma de V.

Prohibido destacar

Tal y como especifica el libro de reglas que la niñera recibe cuando pasa a formar parte de la familia, está terminantemente prohibido aparecer en el reality familiar. Pasar por accidente al fondo del plano podría conllevar el despido inmediato.

En las imágenes del show nunca hay ni rastro del servicio; la mano que limpia pañales y mocos, la espalda encorvada que fregotea el baño de mármol rosa para que refleje la cara de la dueña y señora de la casa. Nada rodeará al clan, especifican esas reglas: solo su estilo de vida y las propias hermanas, como una copia eterna de sí mismas con pequeñísimas variaciones.

Ropa premium

Otro requisito: gusto en el vestir y estilo, signifique lo que signifique llevar ropa adecuada para una familia con una idea de la (tele)realidad y la moral tan particular. ¿Por qué? Si un paparazzi ronda cerca con su cámara, ninguna de las hermanas quiere estropear el efecto ‘cheerleader’ (un grupo de caras sublimes y bellas en conjunto) con una canguro ataviada como un ser humano normal, con sus vaqueros viejos, su camiseta de faena y su cansancio a cuestas.

Esta última regla también aplica al olfato de la canguro para vestir a los niños, que deben ir siempre a la última moda por imperativo contractual.

La letra pequeña

Es fácil entender por qué el clan Kardashian-Jenner obliga a todas las empleadas que trabajan en su casa a pasar un casting de varios cientos de candidatas y, una vez conseguido el puesto, a firmar un contrato de confidencialidad. 

Más difícil y escalofriante es pensar en las cláusulas. ¿Pedirán que les den la comida a los niños con el juego del avioncito, para suplir la ausencia maternal? ¿Recogerá el contrato la obligación de colocarse en posición de escabel o de gato, para que Kim, Chloe o Kris posen los pies encima mientras ven su propio reality en la televisión?

No son preguntas a la ligera. Según apunta el medio Distractitfy, las niñeras de las hermanísimas son mucho más que eso. Su disponibilidad 24/7 (otra exigencia: responder siempre al teléfono, sin importar la hora) debe ser absoluta para cumplir cualquier tarea que se les encomiende, aunque no entre dentro de su rango profesional. 

Una hermana del clan puede mandarte de madrugada a comprar brócoli, hacer que te pruebes el maquillaje antes de usarlo ella (para no tener que mancharse dos veces) o decirte que envenenes al perro del vecino. El lagarto de los hijos de Kim podría estar triste, y tu obligación como niñera (o entidad ubicua y multiforme con diecisiete brazos y sentido arácnido) sería sentarte con él, acunarlo en tus brazos, hacerle psicoanálisis. “Quiero salir de mi terrario y matar a mi dueña”. “Bueno, espera un poco”.

Espejito, espejito

Según cuenta el diario Radar Online, las Kardashian tienen preferencia por las babysitters sin ningún atractivo físico; alguien que solo pueda preguntarle tímidamente al sacro objeto mágico de la tradición: "Espejito, espejito, ¿quién es la más fea del reino?".

Una recomendación personal para pasar la entrevista: viene bien una leve joroba, una semana sin una buena ducha, bizquear, desarrollar halitosis. Características así pueden hacer que tu cv escale varios peldaños en la entrevista personal. Fue Kim la que tomó esta salomónica decisión hace años, cuando tuvo la sospecha de que su marido podía distraerse más de la cuenta si la nanny contratada para cambiar pañales y apagar berrinches competía con ella en belleza.