Dicen que el amor (romántico) es para toda la vida; que uno se debe al consorte en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, en el pago de la hipoteca y el desahucio. Todo sigue su curso hasta que la muerte separa por corte. Vamos, que lo gastrointestinal, las declaraciones de amor y los dulcísimos ronquidos del otro se acaban compartiendo por mandado de la Iglesia o de la ley.
Más raro es, sin duda, casarse dos veces con la misma persona sin coacción ni torturas, sea por la renovación de los votos o por la vidilla sádica que da solicitar el divorcio, contratar abogados que no nos podemos permitir y regresar juntos al cabo del tiempo. Dicen las malas lenguas que separarse legalmente y volver se parece mucho al sexo de reconcilación, una religión tan válida y estimulante como cualquier otra.
¿Sabías que todos estos famosos celebraron su boda dos veces?
Qué lata lo de tener que satisfacer las demandas de dos religiones distintas para contentar a la multitud familiar de cada parte, ávida de que los dioses respectivos den el visto bueno a los tórtolos y no hagan caer una lluvia de fuego y azufre sobre las carpas del evento.
Esto fue lo que le sucedió a Nick Jonas y Priyanka Chopra, que en la primera ceremonia llevó un velo de 23 metros de largo, y en la segunda, la hindú, cambió al sari y a la vestimenta típica del rito de su cultura. Se casaron por el rito occidental y por el hindú en 2018.
Otro de los hermanos Jonas siguió el ejemplo familiar en 2019 y buscó a un Elvis en las Vegas de común acuerdo con la actriz Sophie Turner. Se casaron por primera vez bajo los neones de la ciudad del pecado para hacer legal su matrimonio en Estados Unidos.
El segundo enlace, oficioso, sin tupé y mucho más aburrido, llegó poco después. Esta vez se encapricharon del Chateâu de Fourneau, un castillo francés del siglo XVII, para comer canapés. ¿Acaso Turner echaba de menos Invernalia y los siervos que pasan frío?
Un tanto a la contra de su personaje de niño maldito de la industria y adicto a las fiestas que se van de madre, Bieber celebró su primera boda con la modelo Hailey Baldwin en secreto. Fueron juntos al registro de NY y oficiaron el matrimonio sin la presencia de la prensa, así que nunca ha trascendido cómo transcurrió el enlace.
Un año después llegó la boda cristiana a plena luz del día y con todo tipo de celebridades y famosos haciendo de testigos en los bancos de la iglesia. A Justin nunca le han preocupado los asuntos de dinero; tiene tanto que podría comprar a unos cuantos dobles para que hicieran de él el resto de su vida.
Con este matrimonio, los platos rotos llovieron bien pronto. Terminaron en 1976, a los seis meses de celebrar su primer enlace. Según los medios de la época, la excesiva juventud y las respectivas adicciones de cada uno les pasaron factura.
Necesitaron casi doce años para darse cuenta de que echaban de menos los ronquidos guturales y las pequeñas manías del otro, y otros ocho para divorciarse por segunda vez y tomar caminos separados definitivamente en 1976. Johnson es buen actor, y, según parece, un auténtico fan de divorciarse y casarse de forma olímpica (hasta cinco veces ha pasado por el altar y por el juzgado).
La clásica pareja que no se soporta pero prefiere aguantar las manías homicidas, los celos y el olor corporal del otro antes que buscar un nuevo cisne con el que hacer nido. Se casaron por primera vez en 2004, y a la semana ya estaban peleando furiosamente por conquistar el territorio del otro; en particular Anthony, despachado por la prensa como un hombre muy celoso que criticaba los videoclips de JLO por sus escenas subidas de tono.
Renovaron sus votos en 2008, para divorciarse siete años después. Ben Affleck le dio sentidas gracias a la bruja a la que posiblemente había contratado para recuperar a JLo.