Ciertamente, es bastante complicado saber si las celebrities se llaman realmente así o su apodo es fruto de un complejo sistema de decisiones, algunas más afortunadas que otras en cuanto a popularidad. Sea como fuere, es probable que alguna vez te hayas preguntado cuál es el nombre real de ciertos famosos a los que sigues en redes (y por qué algunos lo repiten en sus canciones). Hoy te lo desvelamos.
Desde que Kanye meó literalmente sobre su premio Grammy y lo grabó para deleite de las redes sociales, sus ideas locas han estado a la orden del día. Como cuando quiso afianzar su candidatura a Presidente de los Estados Unidos haciendo promesas chifladas (“¡Marihuana gratis!”) a su escaso electorado.
Eso sí, hay que reconocer que la elección de su apodo artístico le salió pegadiza y le granjeó un hueco inmediato en el palmarés de los raperos delirantes. Su auténtico nombre es Kanye Omari West, así que el tipo ya venía con el flow desde el vientre de su madre y no necesitó esforzarse ni medio segundo en elegirlo.
En Puerto Rico se apoda ‘yankee’ a las personas que destacan en algo, y eso le valió a Ramón Luis Ayala Rodríguez para escoger su nombre artístico. El ‘daddy’ no sabemos exactamente de dónde viene. Quizá tenga sentido histórico. Este puertorriqueño es uno de los popes (paters, padres) de la música urbana, un “antes de que tú bailaras pegadito yo ya había perreado hasta el suelo, hijo mío”.
De nuevo con la K, una de las artistas de música urbana más importantes del mundo y que más temazos saca por temporada. La buena de Karol decidió cambiar la C por la K y esconder su nombre real, más prosaico y vecinal. Carolina Giraldo Navarro suena a vecina del tercero que te presta sal para un guiso; difícil que con su nombre real pudiera haber alcanzado la fama y la notoriedad.
Si no fue ella, seguramente fuera su agente el que le rogó de rodillas a Lady Gaga que escogiera algo cortito para ser recordada. Es probable que al decir su nombre completo desfallezcas, sufras mareos, tomes aire: Stefania Joanne Angelina Germanotta. La verdad es que no nos la imaginamos diciéndolo en una cita Tinder. En un nombre así de largo sale y se pone el sol varias veces.
Terrateniente, seductor de viudas, justiciero, ladrón de caballos… a todos esos roles suena William Omar Ladrón Rivera, el verdadero nombre de Don Omar.
Un oráculo de los golpes de codo, un dios de la lucha libre y un reguetonero de raza (como los pokemon) que ya forma parte de la historia de la música. No hay que olvidar la elección perfecta del apodo, que ha traído cola en las decenas de artículos que se publican cada semana sobre este auténtico tanque del reguetón. El ‘conejo malo’ te canta un tema en sueños lo mismo que visita en sus pesadillas a los niños que se portan mal. Su nombre real, Benito Ocasio Martínez, lo usará en ocasiones muy especiales, suponemos.
Qué decir sobre uno de los actores más 'memeizables' de la historia de internet, y protagonista de una larga lista de películas incomprensibles que amamos.
Junto con Silvester Stallone, el hombre con los músculos faciales más inmóviles de todo el panteón de Hollywood (no pasa lo mismo con sus cejas, que merecen varias sagas de novela). No hay ‘cage’ (celda) que pueda contener la fuerza avasalladora de Nicolas Kim Coppola, su verdadero nombre.
Mucha gente se sigue preguntando por qué Marilyn decidió buscar un nombre artístico, si ya contaba con un nombre real absolutamente bello y memorable: Norma Jean Baker Mortenson.
Un caso particular, porque su nombre real no tiene absolutamente nada que ver con el artístico. Nuestra más reciente Cruella, en ese nuevo producto de la Factoría Disney del que solo han gustado las elecciones de vestuario, se llama en realidad Emily Scott, y lo eligió por mandato legal. Al parecer, otra “Emily Scott”, una rapera australiana, ya lo había cogido para su carrera. Probó en un primer momento con Riley Stone, pero el capricho le duró seis meses. Quiso homenajear con Emily J. Stone a Michael J. Fox, al que adora, pero ese nombre no tenía tanto atractivo. Hemos de reconocer que la elección final fue la buena.
Jennifer Annastassakis, o por qué, si quieres ser famosa y entrar en el corazón de millones de personas, tienes que cambiarte el nombre rápidamente.