Su nombre hoy es conocido a nivel mundial ya que casi todas las mujeres del mundo se han sometido a la prueba. Además, es muy probable que su nombre haya llamado la atención de más de una persona por su extrañeza y su divertida forma de sonar. La realidad es que la prueba de 'Papanicolau' o 'prueba del Pap' ha salvado miles de mujeres a lo largo de la historia gracias a su inventor y científico Georges Papanicolau junto con su mujer Mary. Pese a su popularidad, muchos desconocen la romántica historia de amor y devoción que se esconde detrás de este invento que ha contribuido a la historia de la medicina y a la vida de miles de mujeres.
Georges Papanicolau nació en 1883 en la isla griega de Eubea, en donde creció y desempeño sus estudios en diversos campos como la filosofía, la literatura, el lenguaje y finalmente luego de seguir el consejo de su padre, se convirtió en cirujano. Tras una larga y cambiante realidad desde mudarse a Alemania para estudiar zoología hasta servir en el ejército y servir en la guerra de los Balcanes, finalmente el joven decidió emigrar hacia los Estados Unidos, pese a que sus padres no estaban de acuerdo, para cumplir verdaderamente lo que siempre había querido: ser científico.
Pero no lo hizo solo. Aventurero y lleno de sueños por delante, se mudó a Nueva York en los Estados Unidos en 1913. Apenas con 30 años y 250 dólares en el bolsillo emprendió una nueva vida junto a su amada esposa, Andromachi “Mary” Mavrogeni. Lo que no sabían en ese entonces era que Mary sería una pieza clave y esencial para uno de los mayores descubrimientos de la medicina.
Apenas llegaron a la gran manzana para cumplir el sueño americano aceptaron todo tipo de trabajos para subsistir, desde tiendas, oficinas y restaurantes hasta que finalmente Papanicolau consiguió un trabajo en el laboratorio del Colegio Médico de la Universidad de Cornell en donde podría desarrollarse como un verdadero científico.
Tras años del otro lado del charco, cuando ya la situación económica se encontraba más estable, el doctor y su mujer se mudaron a los barrios de las afueras de Nueva York, en Long Island y donde finalmente gran parte de su familia emigró y se mudaron cerca de ellos formando una gran comunidad en donde se juntaban habitualmente a tocar música (el doctor también era músico) y pasar rato juntos cantando.
Fue aquella la época en la que comenzó a trabajar en citología, el estudio de las células y todo lo relacionado a su estructura, para diagnosticar enfermedades y prevenirlas. Unos años después, tras largo tiempo de estudios dentro del campo en la década de 1920 dejó a un lado los conejillos de indias para comenzar a estudiar el cuerpo de las mujeres y sus cambios celulares. Incluso se pasaba horas investigando en su casa en donde había montado un pequeño laboratorio.
Todo cambió en 1928 cuando tuvo su primera aproximación al campo médico cuando mientras hacía una una prueba de muestras de un cuello uterino, se percato al ponerlas en vidrio que las células eran cancerosas. Pese a su descubrimiento, el mundo de la ciencia no le dio tanta importancia a la prueba que denomino como "prueba de frotis cervical" para utilizarla como prueba diagnóstico en aquél momento. Es por ello que siguió trabajando y profundizando en el campo para hacer mayores justificaciones en el campo de la medicina. No fue hasta casi 11 años después que en 1940 publicó todo su trabajo y por primera vez fue considerado en el campo de la medicina como una prueba que podría ser útil para el diagnóstico de enfermedades, pero ¿Cómo lo logró?
Su esposa. Su querida Mary se convirtió durante sus años de trabajo e investigación en su gran aliada a quien, pese a su incomodidad, le realizaba "pruebas del frotis" casi todos los días durante 20 años para ayudar a su esposo y en pos de la medicina, pues lo amaba y tenía mucha fe en él, a veces más que él mismo. En aquel entonces su marido afirmaba que su descubrimiento había sido un trabajo en equipo y que sin ella no lo hubiera podido hacer.
Pero además, para sustentar los estudios y tener más pruebas confiables, la pareja necesitó hacer exámenes en más mujeres que se animaran a hacérselo. Es por ello que le pagaban a enfermeras 1 dólar para hacerles el examen y comenzó a conocerse como 'la prueba del Pap' por el apellido del doctor. Recién en 1950 ocurrieron los primeros ensayos clínicos de la prueba en Estados Unidos.
Al tratar con los genitales de la mujer, habían muchos temas tabú en torno a la prueba del "frotis vaginal" ya que se consideraba descortés y un tema prohibido. Fue en 1957 cuando el doctor se asoció estratégicamente a fundaciones conocidas como Sociedad Americana del Cáncer y la Federación General de Clubes de Mujeres para promocionar la prueba y hacer que las mujeres que se la hicieran, a través de exitosas campañas publicitarias. Era necesario que las mujeres se atreviesen a solicitar la prueba al explicarles que era una medida preventiva y curable si se detectaba a tiempo.
Gracias a el esfuerzo y el trabajo de Georges Papanicolau y su mujer, hoy miles de mujeres a lo largo de la historia y el mundo pueden prevenir el cáncer o cualquier otra enfermedad como el VIH y salvarse a tiempo. "La mayor contribución del siglo a la salud de la mujer estadounidense, a las mujeres de todo el mundo, y de hecho representa el descubrimiento más significativo, prácticamente útil, del gran campo del cáncer de nuestro tiempo", fueron las palabras que se pronunciaron en un discurso para referirse a la prueba en la Federación General de Clubes de Mujeres en Estados Unidos en 1957.