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Venancio, un muñeco español maldito que está a la venta porque susurra cosas al oído

  • Venancio está a la venta en Wallapop por 500€

  • ¿Quién querría comprarse un muñeco maldito para que le atormentase en casa?

Si crees que tu cuarentena ha sido dura, imagínate cómo habrá sido compartir esta pandemia con un muñeco maldito. No sabemos si esta es la razón por la que Venancio ha acabado a la venta en una aplicación de segunda mano, pero es una teoría que encaja bastante. Mucha gente, después de pasar tantos días encerrados entre las mismas paredes, ha decidido que quiere un cambio de decoración o directamente de piso. Los dueños de Venancio, al parecer, han decidido que ya no lo aguantan más con una presencia sobrenatural en casa.

Ahora, la familia de Venancio ha decidido ponerlo a la venta a través de Wallapop. Eso sí, tampoco lo deben odiar tanto, o a lo mejor es que le han cogido cariño y ahora tiene para ellos un gran valor sentimental, porque piden por el muñeco ni más ni menos que 500 euritos. Y parece improbable que ese dinero sirva para cubrir los gastos de su mantenimiento porque no parece estar en perfecto estado, a juzgar por las fotos.

La leyenda de Venancio, el muñeco maldito

Cuando hablamos de un objeto sobrenatural, lo más importante no es el muñeco, sino la historia que lo acompaña. Por eso Annabelle, la muñeca poseída más famosa de Estados Unidos, tiene una saga de tres películas.

Venancio no tiene ninguna película, por ahora solo tiene un parrafito que sirve de relleno en su anuncio en Wallapop. Según indica el vendedor, este muñeco fue "un regalo traído desde Madrid para el hijo de una familia de labradores de la tierra de un pequeño pueblo manchego". La leyenda de Venancio está ligada a este niño, que jugaba mucho con él hasta que se hizo mayor y el pobre Venan se quedó "olvidado y enterrado entre un montón de trastos". Eso no se le hace a un juguete, hombre. ¿Esta gente no ha visto 'Toy Story' o qué?

"La mala relación con sus padres hizo que el hijo se fuera a temprana edad. El padre se volvió cada vez más huraño y la madre empezó a llenar la casa de muñecos y muñecas porque echaba de menos la presencia de un niño en casa", explica la descripción de Venancio, que parecía que no, pero al final sí tiene protagonismo: "hasta que un día encontró de nuevo a Venancio sentado a los pies de la cama". Chan chan chaaaaaan. "Lo trató como a un hijo hasta que empezó a susurrarle por las noches que hiciera ciertas cosas".

Y hasta aquí se puede leer, al parecer. Nos quedamos con las ganas de saber qué cosas le susurraba Venancio. Porque a lo mejor esas cosas eran "tienes que matar a tu vecina La Paqui que te roba lechugas del huerto", y oye, pues eso sí que da un poco de yuyu, pero quizás lo que Venancio susurraba era "a ver si mañana haces un buen puchero de espinacas con garbanzos que estamos hartos en esta casa de tanta judía verde".

Si yo fuera Venancio lo que pediría es que me dieran un bañito y me quitasen la suciedad, que vale que he estado años encerrado en un trastero rodeado de cosas viejas y cogiendo polvo, pero ya que me aparezco a los pies de la cama y decides tratarme como a un hijo, ¡lávame la cara! ¡Ponme un jersey nuevo! Normal que el hijo se fuera tan joven de casa si su madre ni siquiera se preocupaba de su higiene.

En el caso de que alguien estuviera interesado en adoptar (por 500 euros) a Venancio, solo podemos pedir que lo trate lo mejor que pueda. Que a lo mejor Venancio no es malo, simplemente es que ha tenido mala suerte y nadie ha sabido cuidar de él desde que su fiel amigo de la infancia lo abandonó.