Es verano, estamos en plena pandemia y la mayoría de nuestros planes han sido cancelados. No tenemos mucho que hacer, y cuando la mente se libera de ocupaciones aparecen discusiones filosóficas tan fundamentales como la pureza de la mortadela con aceitunas. Cuando creíamos que ya habíamos superado lo de si es mejor la tortilla de patata con o sin cebolla aparece un nuevo debate al que es realmente difícil no entrar.
¿Y tú? ¿Qué opinas de la mortadela con aceitunas? ¿Eres de los que la consideran un manjar exquisito con un delicioso regustillo a nostalgia del bocadillo del recreo o, por el contrario, no te meterías una loncha de mortadela con aceitunas en la boca ni por todo el oro del mundo?
La mortadela es un producto cárnico hecho a partir del cerdo, originario de la ciudad italiana de Bolonia. La mortadela "de verdad" tiene denominación de origen y todo, y es que se considera un gran alimento de la gastronomía de Italia.
Pero la mortadela que nos ocupa a nosotros es otra. Es la que se compra bien barata en el supermercado español, aquella que nuestros padres nos metían en el bocadillo del colegio día sí día también y que podía ser de dos clases: o con aceitunas o sin ellas.
Sin embargo, en Italia hay muchas más variedades: mortadela de Prato, que lleva ajo, la de Amatrice, que tiene un toque ahumado, y esto solo en Italia, donde este embutido es considerado una delicatessen En otros países como Irán pueden encontrarse variedades con carne de cordero.
La que a nosotros nos interesa es la variedad más conocida en España, llamada mortadela sevillana, y que suele llevar aceitunas o frutos secos.
Este embutido suele ser de baja calidad, por eso su precio es tan barato y por eso fue el producto estrella de las meriendas de miles de niños en nuestro país. Pero aquí no nos vamos a poner exquisitos, nos da igual si esta carne es mejor o peor. Lo que queremos saber es si está buena o no. ¡Y la verdad es que no hay término medio! ¡Otro tema en el que jamás nos pondremos de acuerdo!
¿Cómo puede un mismo alimento ser la cosa más rica y a la vez un verdadero asco? Está claro que en gustos no hay nada escrito y que a cada persona le puede apasionar el alimento que le dé la gana. Lo que no está tan claro es porque nos gusta tanto meternos en debates eternos sobre qué comida es mejor o peor, ¡si claramente depende de cada uno y no necesitamos un acuerdo! Tú puedes ser completamente feliz comiendo tu bocadillo de mortadela y otra persona su tortilla con cebolla. ¡Y todos contentos!
Aún así... ¿A ti qué te parece la mortadela con aceitunas?