Que en los momentos más dramáticos es cuando aflora el humor no lo hemos descubierto ahora, pero lo estamos corroborando. Por eso dicen que cuando la vida duele, el humor es un salvavidas, y nosotros, durante la cuarentena, estamos llenando de memes las redes sociales.
Los malos momentos de nuestra vida se debían normalmente a problemas personales como un despido, una ruptura, un problema económico, la pérdida de un familiar o una enfermedad o lesión.
Lo que nunca podríamos imaginarnos es que tuviéramos que vivir una situación como ésta, en la que los guionistas de 2020 se han venido muy arriba y se han marcado un giro de guion épico, digno de la mejor de las distopías: media humanidad confinada en sus casas por tiempo indefinido por miedo a contagiarse de un agresivo virus que está afectando a cientos de miles de personas, con un alto porcentaje de muertos.
Al principio, hay quiénes pensaban que la crisis del coronavirus era una cortina de humo, luego empezaron las teorías conspiranoicas que implicaban a culpables de haber propagado el virus, también se sospecha del contagio a través de animales exóticos, incluso Bob Pop plantea que nos han encerrado a todos en casa porque necesitan resetear el siglo XXI, porque lo estábamos haciendo fatal y tenemos que volver a empezar. Lo que está claro es que esta experiencia marcará un antes y un después en nuestras vidas y saldrá en los libros de historia.
Sea como sea, lejos de ser una situación divertida, el confinamiento ha sacado lo mejor de nosotros mismos, ya que estamos conectando con el prójimo, aplaudiendo la labor de quienes nos cuidan, intentando ayudar a todos los vecinos que lo necesitan, haciendo vida desde los balcones, y dándole un respiro al planeta.
Y debatiéndonos entre buenas y malas noticias, siempre que podemos incluimos el humor en nuestra rutina, que nos ayuda a sobrellevar este confinamiento con algunas risas. Pero esto no es algo que haya surgido ahora, es algo que algunos artistas como estos, conocedores del género humano, ya sabían:
"El sentido del humor consiste en saber reírse de las propias desgracias" (Alfredo Landa)
"El humor sirve para hacer habitable la realidad" (Antonio Ortuño)
"El humor es un ansiolítico para no derrumbarnos" (Carlos Velázquez)
Estamos seguros de que seríamos capaces de narrar cómo estamos viviendo la evolución de la crisis del COVID-19 a través de los memes virales (y nunca mejor dicho) que han inundado las redes sociales y nuestros grupos de whatsapp, pero si hay algo que dio el pistoletazo de salida a todo esto y entró en nuestras vidas por la puerta grande fue la cuenta de Twitter del propio Coronavirus -twitter.com/CoronaVid19-,que desde el 24 de febrero nos sorprende con cada publicación.
Primero fueron las avalanchas en los supermercados, las compras desmesuradas, bien cargadas de papel higiénico que, inexplicablemente, se convirtió en el bien más preciado de primera necesidad.
Con el confinamiento llegaron el teletrabajo, las jornadas interminables de peli y sofá, los momentos en familia, toda la familia y todo el rato, o los días de soledad para aquellos a los que les toca pasar estos días sin compañeros de encierro. Pero también llegaron las visitas a la nevera, la repostería, las cañas virtuales con picoteo y el momento de asumir que vamos a salir de esta cuarentena rodando. Como lo están aplazando todo, esperemos que cuando preparen el nuevo calendario se acuerden de mover la operación bikini para septiembre-octubre.
Y si en un principio lo primero que se agotó en las estanterías de los supermercados fue el papel higiénico, junto con los guantes y el alcohol de desinfectar, conforme han ido avanzando los días y se han endurecido los días, la cerveza y la levadura comenzaron a convertirse en productos de primera necesidad, en ese orden.
Las movimientos del Gobierno y sus consejeros tampoco se han librado de los memes. De la jugada maestra con los test no homologados a Fernando Simón, portavoz de Sanidad, como persona que más minutos acapara en la televisión.
Pero lo que más está triunfando son los memes sobre el confinamiento. Encerrarse en casa, sin salir, es duro, muy duro, sobre todo durante los primeros días, esos en los que te levantas preguntándote si lo que estás viviendo es real o un mal sueño. Una mañana tras otra, sintiendo que estás encerrado en el día de la marmota. Están los superhéroes que se han tomado muy en serio eso de salvar al mundo 'sin mover un dedo', y luego están los motivados. Hay quién aprovecha el tiempo para leer, ver películas, cocinar, tomarse unas cañas virtuales por videollamada, para hacer deporte, salir al balcón o celebrar los cumpleaños más solitarios de su vida. Pero con el paso de las semanas hemos aprendido lo importante que es marcarse unas rutinas.
Los perros se han convertido en un tesoro, solo al alcance de algunos privilegiados. Hay que buscar excusas para salir a la calle, no todo vale, y la cosa se ha endurecido con eso de las multas.
Y por supuesto, todos nuestros planes se han cancelado, y hemos tenido que inventarnos nuevas formas de entretenimiento.
Pero nos consuela pensar en que cuando todo esto termine y podamos volver a recuperar la normalidad vamos a salir a la calle valorando mucho más todo lo que teníamos y que ahora no podemos disfrutar. Además, se nos va a quedar un otoño muy animado. Pero, sobre todo, es importante que no decaiga el humor. ¡Ánimo con el confinamiento!