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Secar al perrete tras un paseo bajo la lluvia es tan importante como sencillo

  • Existen diferentes métodos para el secado de tu perrete, elige el que más cómodo os resulte o ve alternándolos

  • No utilices nunca el secador si ves que le asusta, debes dedicarle varios días a familiarizarle con este aparato

Salir a pasear con tu perro supone una aventura nueva cada día y es una forma muy práctica de socializar -para ambos-, e incluso de ligar. Si tienes un cachorro, habrás comprobado que su irresistible encanto es un imán de curiosos que se acercan a acariciarlo y, con suerte, acabas intercambiando el nickname de Instagram…

Y es que nunca sabes cómo te va a sorprender tu fiel compañero en cada paseo que deis. Uno factor clave es la correa, si está lo suficientemente educado y es obediente, no dudarás en soltarlo para que corra y disfrute en libertad, sin miedo a que desaparezca. Mientras que, si es algo rebelde optarás por llevarlo atado y, con suerte, lo liberarás en una zona acotada o en un lugar donde no le pierdas de vista ni un solo instante… ¡Toda una aventura!

Es cierto que, salir a la calle con tu perrete no siempre es algo apetecible, un sentimiento que se potencia cuando las condiciones meteorológicas no son las mejores. Pero como persona responsable que eres, no tienes otra opción que armarte de valor y cumplir con los paseos reglamentarios. Seguramente, en un día lluvioso a ninguno de los dos os motive salir de casa, ya que la lluvia también influye en el comportamiento del animal. No obstante, recuerda que tiene que acostumbrarse a salir llueva o no, así que… ¡Al agua patos!

En estos casos, te recomendamos que le protejas con un abrigo, o un impermeable canino, aunque siempre va a haber zonas de su cuerpo que acaben mojándose. Keep calm, desde Yasss te explicamos los diferentes métodos con lo que secar a tu perro, después de un paseo con lluvia.

Una gamuza sintética

Suelen estar elaboradas con piel animal, pero desecha esta idea y utiliza una de material sintético, no animal. Este utensilio es ideal para un secado rápido y cómodo, gracias a su suavidad y a su poder de absorción.

Acércate a tu mascota y frota su pelaje con la gamuza, con energía y rapidez -tampoco te pases, puedes hacerle daño-. No olvides escurrir el agua de la gamuza de vez en cuando, para que siga absorbiendo la humedad del cuerpo del animal y consigas un secado eficaz -si su pelaje es largo, recuerda escurrirle el exceso de agua antes de comenzar con el proceso-. Y ten especial cuidado a la hora de frotar las zonas cercanas al pecho, cuello, patas y orejas.

Si te preguntas donde puedes adquirir este producto de limpieza, la respuesta está en páginas como eBay o Amazon. Incluso puedes adquirirlas en tiendas que vendan productos para automóviles, ya que muchos utilizan estas gamuzas para mimar las carrocerías de sus coches.

Las toallas de toda la vida

A diferencia de la gamuza, con la toalla deberás esforzarte más para lograr un secado óptimo y tendrás que utilizar varias a medida que se vayan empapando -no es problema, ya que probablemente tengas una buena colección en casa-.

Coloca la toalla en el lomo y frótale rápido el pelaje -con cuidado-, poco a poco verás cómo se va absorbiendo toda la humedad. Dependiendo del tamaño del can, utiliza el tamaño de toalla más apropiado y recuerda ir sustituyéndola por una limpia y seca, a medida que se empape. Sigue por su barriga, pecho y patas -al llegar a esta zona y a la de la cabeza hazlo con delicadeza-.

Es aconsejable que, para estos casos tengas siempre preparado un juego de toallas que solo vayas a utilizarlas en la higiene de tu perrete -aunque una vez lavadas a máquina queden como nuevas-.

El secador

Es el método más rápido y eficaz para aquellos de pelo largo, o si directamente eres de escasa paciencia. No obstante, si optas por el secador hazlo siempre que a tu perro no le suponga pasar un mal rato, porque le atemoriza. Por ello antes de apuntarle con él, acostúmbrale poco a poco utilizándolo cuando esté cerca y acercándoselo gradualmente para que se adapte al aire caliente. Invierte el tiempo que sea necesario -días o semanas-, para familiarizarle con este aparato.

Una vez el secador no le suponga problema alguno, acércaselo a una distancia prudencial -unos 25cm- y con la mínima potencia e intensidad. Ve moviendo el foco del aire sobre todo el pelaje de tu mascota, a medida que vas frotando las zonas con tu mano -así el aire no incidirá directamente- y nunca lo dejes fijo en un punto concreto, ni le proyectes el aire directamente a su cara -puede irritarle los ojos-.

No olvides felicitarle y premiarle a medida que se deje secar con este método, así asociará el secador con una experiencia positiva.

Al aire libre

Es la forma más sencilla y cómoda para tu peludo, quien instintivamente se sacudirá tras sentirse mojado -un gesto con el que logran deshacerse del 70% del agua de su pelaje-.

Prepárate para que te salpique a ti y también la estancia de tu casa en la que os encontréis -daños colaterales-. Después déjale en una zona en la que se sienta cómodo y la temperatura sea agradable -lo ideal sería en el balcón, terraza o patio en un día soleado-, en la que rodará y se restregará contra el suelo.

Este método, en realidad, es recomendable tras un baño -durante un día primaveral- y no tras un paseo pasado por agua, con frío en el exterior.

Sea cual sea el método que elijas sigue las pautas que te recomendamos y no dañes a tu perro, por querer acelerar el secado. Decántate por uno o altérnalos, pero siempre con delicadeza y alta dosis de mimos.

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