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Agua, jabón y diversión: bañar al perrete sin montar un drama es posible

  • Durante el momento del baño tienes que mostrar una actitud positiva y alegre, ya que tu estado emocional se transmitirá directamente a tu perro

  • El secado es uno de los momentos más importantes del proceso, si no lo haces correctamente puedes provocar se enfríe y se resfríe

Si eres todo un afortunado porque recientemente ha llegado un perrete a tu casa, tu vida habrá cambiado por completo -y la suya también, sin duda-. Pero también vuestra calidad de vida, que redundarán en unos niveles de felicidad difíciles de explicar para aquellos que no comparten la suya con un peludo.

Salir a pasear, jugar sin parar, darle toda la atención que necesita y, por supuesto, todo el amor que merece. Acciones cotidianas que se integrarán en tu rutina diaria sin darte ni cuenta y tú encantado de ello.

Pero también habrá momentos complicados, como en sus primeros meses de vida -que necesitará cuidados continuos-, en los momentos que requiera atención veterinaria, o durante esa etapa en la que se convierte en un rebelde sin causa y pasa completamente de tus órdenes.

Para muchos el drama llega cuando toca bañar al perro. Algo que, no debería suponer ninguna complicación, se convierte en un momento temido tanto por el amo, como por la mascota. Por lo que, si eres del team 'drama queen', en Yasss te damos las claves necesarias para proceder al baño del perro y no lesionarte en el intento.

Cada cuánto se baña un perro

'RT' si tú también te preguntas con qué frecuencia bañar a tu compañero de cuatro patas. No te preocupes, es la eterna duda de todo dueño novato, ya que al principio todo son dudas y rayadas.

Antes de nada, debes tener en cuenta que dependiendo de la longitud de su pelo la periodicidad del lavado variará. Por lo que, si se trata de una raza de pelo largo, la suciedad y el polvo se alojará con más facilidad y tendrás que estar más pendiente de su imagen, mientras que si su pelo es corto se ensuciará con menos facilidad y, por lo tanto, sus baños serán menos frecuentes.

Aquí te mostramos los tiempos orientativos, en función de su pelaje:

  • De pelo largo: Hazlo cada cuatro semanas. Algunas razas con estas características son: Yorkshire terrier, Bichón maltes, Komondor, Lasha apso…
  • De pelo medio: En esta caso será cada cuatro y seis semanas. Siendo algunos de estos: Setter Irlandés, Border collie, o King charles, entre otros
  • De pelo corto: Cada seis y ocho semanas, es el caso de razas como: Beagle, Teckel, Boston Terrier, o Bulldog Francés, entre otros.

Pero si aún es un cachorro, ya que tiene menos de un año, no lo hagas durante sus tres primeros meses -es recomendable que crezca un poco y tenga más defensas, además es necesario que esté vacunado-. Aunque si te ves obligado a hacerlo, límpiale con una esponja húmeda y escurrida -sin necesidad de mojarle completamente-, evitando así que se resfríe.

Después de los tres meses reglamentarios, ya puedes darle su primer baño -recuerda que la temperatura del agua sea tibia y sécale muy bien al acabar-.

Cómo bañar a un perro

Una vez que tienes claro cada cuanto hacerlo, ya solo tienes que coger a tu perrete y hacerle saber que… ¡la hora del baño ha llegado!

Te damos las pautas necesarias para que este momento no se convierta en una pesadilla sino, en todo lo contrario, que se trate de un divertido momento en el que los dos disfrutaréis.

  • El lugar: Es muy importante que no se sienta agobiado por falta de espacio, por lo que la bañera que vayas a usar tiene que estar adaptada a su tamaño -si tienes un Pastor Alemán descarta la idea de hacerlo en el plato de ducha en el que apenas cabes tú-. Un jardín, patio o terraza son lugares idóneos para ello, eso sí, hazlo en un día soleado y con buena temperatura.
  • El cepillado: Previo al baño, te recomendamos que le cepilles el pelo para eliminar los nudos y el cabello muerto. De lo contrario, el baño no será tan efectivo y lo que queremos es que reluzca.
  • El champú: Recuerda no utilizar nunca los mismos productos que usas para tu higiene, los canes tienen una piel, grasa y pelaje muy diferentes a los tuyos. Por lo tanto, usa un champú especial para mascotas y si es posible uno concreto para su raza.
  • El agua: La temperatura debe ser la misma que usas en tus baños, es decir, caliente sin llegar a quemar, para ello moja tus manos antes y chequéala. Una vez compruebes que es perfecta… ¡al agua patos!
  • El lavado: Tienes que ir masajeando las zonas a medida que le vayas echando agua, para que esta penetre por completo -evita mojar directamente su nariz, ojos y orejas, hazlo con tus propias manos mojadas, ya que son las zonas más delicadas-. Aplícale el champú y masajéale suavemente, pero con ganas, desde la cabeza hasta la cola. Aclárale por completo y a conciencia – con masajes hasta que no quede ningún resto de jabón- y repite el proceso si lo consideras necesario.
  • El secado: Es el momento más importante y delicado, los perros se pueden resfriar con facilidad y la puedes liar sin pretenderlo. La más recomendable es al aire libre si el día es soleado y la temperatura agradable -antes de salir a la calle sécale toda la humedad con una toalla-. Si decides hacerlo con toalla tendrás que dedicarle más tiempo y usar varias hasta que se seque por completo. Pero si la paciencia no es lo tuyo y optas por el secador, debes saber que es la menos recomendable porque puede alterarle o incluso quemarle. De hacerlo, recuerda poner tu mano entre el foco de aire y su cuerpo para que no le llegue directamente, mantén alejado el secador y nunca pongas el aire caliente directamente en su cara -podrías resecar sus ojos-.
  • Haz que fluya: Generalmente, el baño para los perros es un momento tenso y tu estado emocional se trasmitirá directamente a él, así que evita agobiarte y ten una actitud positiva, alegre y tranquila. De esta forma se tomará entrar a la bañera como un juego y no como algo traumático -háblale, halágale y mímale- y conseguirá, poco a poco, perder el miedo y relajarse.
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