Las noticias sobre perros, gatos o caballos nos encantan, pero nos gustan todavía más si los animales son millonarios. Algunas mascotas ganan la categoría de influencers, otros amasan una fortuna trabajando como actores y en una tercera categoría se encuentran los que, sencillamente, heredan una fortuna de las gordas.
Esta última es menos frecuente hoy por hoy, ya que los animales no pueden aceptar la herencia y, por eso, la legislación de muchos países no permite nombrarles herederos. Esta limitación se aplica tanto a España como a Estados Unidos, de donde provienen la mayoría de las mascotas multimillonarias, aunque allí existe la posibilidad de crear un fideicomiso para la mascota del difunto, que previamente se ha encargado de nombrar a un responsable para que se encargue del cuidado del animal.
En España también existen formas de garantizar la manutención del animal hasta su muerte, siempre y cuando se cumplan una serie de condiciones. Sea como sea, lo cierto es que algunos animales lograron saltarse esta prohibición y otros, de maneras muy diferentes, consiguieron cuentas corrientes con las que muchos humanos no alcanzan ni a soñar. En Yasss hemos seleccionado a algunos de ellos.
La actriz Majel Roddenberry, que participó en varios proyectos del universo ‘Star Trek’, nunca tuvo hijos, pero convivió con muchas mascotas a lo largo de su vida. Cuando murió, en 2008, estableció que sus animales deberían vivir en una de sus mansiones hasta su muerte. En el testamento, del que el portal de noticias TMZ publicó una copia, también les dejó cuatro millones de dólares para los gastos que pudiesen ocasionar, y otro millón para la empleada del hogar que había cuidado de ellos, quien lo siguió haciendo desde una de las viviendas.
Lo de Gunther IV (sí, el número forma parte del nombre), uno de los perros más ricos del mundo, es una historia digna de miniserie. El perro pastor es el hijo de Gunther III, el can favorito de la condesa Karlotte Libenstein, que murió en 1991. Después de su fallecimiento, se cumplió la última voluntad de la alemana, pero cuando murió también el perro, la herencia pasó a su descendiente director, Gunther IV.
Lo más curioso de esto es que los 80 millones de dólares que heredaron no fueron a una cuenta de ahorros, sino que se emplearon para invertir bajo una empresa llamada The Gunther Corporation, que ahora está valorada en más de 370 millones de dólares y que incluye acciones, villas en todo el mundo y dinero constante y sonante. Entre otras cosas, el fondo de Gunther III compró una casa a Madonna en Miami Beach, hace ahora 20 años.
Convertirse en una sensación de internet no es nada fácil, pero en el rostro de Doug, puede parecerlo. Este influencer canino tiene más de cuatro millones de seguidores en Instagram y conoce a todo el mundo, desde los Obama hasta los Jonas Brothers. ¿Cuántos actores caídos en desgracia le habrán visto pasar por las alfombras rojas a las que ya no les invitan? Apostamos una mano a que este carlino tiene, además de todo un imperio basado en su marca personal, unos cuantos enemigos.
En lo que respecta a su cuenta corriente, la calculadora Pets of the Net, creada por la marca de comida para mascotas Webbox, estima que el perro gana al año unos 476.000 dólares. Nada mal para un carlino, ¿no?
En Estados Unidos, el nombre de Gail Posner está unido al exceso y la extravagancia. Se trata de la hija del famoso ejecutivo Victor Posner, y es conocida, sobre todo, por su lujoso tren de vida.
Cuando falleció, en 2010, se descubrió que había legado a sus chihuahuas, Conchita, April Maria y Maltese, y a su Yorkshire Terrier su mansión de Sunset Island y un fondo con tres millones de dólares, para que los perros mantuviesen el nivel de vida al que ella les había acostumbrado, que incluía visitas al spa, un Cadillac y joyas de Tiffany’s. Así mismo, Posner legó otros 27 millones de dólares a los trabajadores de la mansión, para que cuidasen de la casa y de los animales.