Pérdida de pelo en perros: de causas como la alergia a soluciones más allá del cepillado
María Gómez de MontisMadrid
La caída de pelo en perros puede ser el síntoma de un problema que conviene atajar.T.R. Photography.
La caída de pelo en perros es un proceso muy habitual, sobre todo en otoño y primavera.
Sin embargo, si la alopecia es exagerada o está acompañada de otros síntomas, puede ser señal de un problema más serio. En Yasss te contamos las causas más habituales.
El cuidado estético canino está de moda. En España, cada vez hay más las peluquerías y centros de belleza para perros, donde cuidan del pelaje de nuestras mascotas con el mimo y el cariño con el que trabajarían el nuestro. Sin embargo, por mucho que lo cuidemos y más potingues que apliquemos, hay que aceptar lo inevitable: los perros pierden pelo periódicamente, dejando un reguero de pelusa y porquería por toda la casa.
Ahora bien, ¿por qué ocurre esto? ¿Cada cuánto tiempo? Y, sobre todo, ¿cómo saber si la pérdida de pelo es normal o síntoma de un problema mayor? En Yasss te traemos las causas más comunes y las posibles soluciones.
Que a tu mascota se le caiga el pelo, sobre todo en las estaciones transicionales (otoño y primavera), es perfectamente normal. Tal y como ocurre con los gatos, en esas épocas los perros mudan el pelo para soportar las temperaturas del verano y del invierno.
Muda de pelo. Aunque el perro suele regenerar su pelo durante todo el año, con el cambio de temperatura este proceso se intensifica. En primavera, pierde el pelo más fuerte por otro más fino que le permita sobrellevar el verano, y en otoño vuelve a ese pelaje más compacto y resistente que le abrigará durante el invierno. En algunos casos, el embarazo también puede provocar la caída del pelo.
Alergias. Una de las primeras causas de alopecia en un perro son las alergias: en muchos casos, las irritaciones en la piel le llevan a rascarse insistentemente, haciéndole perder pelo en esa zona. Si identificamos ese comportamiento, es fundamental que le llevemos al veterinario, para descartar patologías e intolerancias. Su médico podrá detectar el problema y ponerle el mejor tratamiento para controlar la enfermedad.
Algunas enfermedades e infecciones. Determinados desajustes hormonales, como el cushing, la diabetes o el hipotiroidismo, pueden desembocar en alopecia. Por su parte, infecciones relacionadas con la aparición de hongos, bacterias, garrapatas o pulgas pueden provocar la inflamación de la piel y su consiguiente pérdida de pelo. Para solucionar este problema, lo mejor es que tu perro reciba atención veterinaria y un tratamiento antiparasitario específico.
El estrés también es una causa habitual de la caída de pelo en perros. Los miedos y las fobias pueden afectarle a la piel y a los folículos pilosos, provocando alopecia.
¿Cómo podemos ayudar?
Independientemente de la causa que pueda motivar la pérdida de pelo de tu mascota, es importante mantener una rutina de limpieza para que su problema sea lo más llevadero posible para ambos.
Recoger el pelo a diario. Una aspiradora te ayudará mucho durante la primavera y el verano, cuando tu cama, alfombra y sofás se llenen de pelos por el cambio de estación.
Cepillar su pelaje cada día. Para esto, es importante usar el cepillo más adecuado para su tipo de pelo, ya que cada pelaje necesita un cuidado específico. El cepillado debe ser suave y siguiendo la dirección natural del pelo; de otra forma podría resultar agresivo para él.
Utilizar un champú adecuado. Según su estilo de vida, pelaje y problema, el perro necesitará uno u otro tipo de champú. En los centros médicos y específicos para animales cuentan con una amplia gama; podrás preguntar allí y conseguir el que mejor se adapte a tu perro.
En líneas generales, y siempre y cuando el perro pierda pelo estacionalmente, no hay por qué preocuparse; basta con extremar la higiene y esperar a que acabe. Sin embargo, si después de unas semanas comprobamos que la caída es más abundante y exagerada (y, sobre todo, si va acompañada de costras, pelo áspero u otros síntomas problemáticos), conviene no esperar mucho y llevarle al veterinario. Es mejor prevenir que curar.