Una de las cosas que más nos preocupan es que nuestro perro se ponga enfermo y no sepamos por qué. Esto nos genera mucha angustia, aún cuando el vómito de espuma blanca puede deberse a una dolencia común que no reviste mayor gravedad. A veces el perro se ha tragado un objeto y es por eso que vomita, o bien se purga con hierba, como tantos otros de sus congéneres, o tiene mucho miedo de pronto, o, efectivamente, hay una enfermedad que no sabemos diagnosticar en casa, con nuestras pobres herramientas y temores.
Si tienes la valiente idea de automedicar a tu perro, olvídalo. Puedes ponerlo en peligro. Antes de apresurarte, te recomendamos que te pongas en manos de un veterinario. A él deberás indicarle con detalle las circunstancias en las que se ha producido el vómito: hábitos del perro, alimentación, rutinas y otros factores que permitan realizar un diagnóstico.
Los vómitos de espuma blanca en los perros pueden estar causados por diversos motivos y manifestarse de distintas formas (espuma blanca, vómito con trazas de alimentos o flema espesa de color amarillo).
Para empezar, a veces dependen de la raza y de la morfología del animal. Los yorkshire, caniches, pug o bulldogs, entre otros, presentan una tendencia mayor a vomitar espuma blanca por su tráquea estrecha y la forma de su corazón, y son más propensos que otros a las alteraciones cardiacas.
Si vamos a un veterinario, lo primero que nos dirá es que hagamos una separación entre la toma de agua y la de la comida, por ejemplo. Así de importante es ponerse en manos de un profesional antes de hacer nosotros un diagnóstico rápido.
Por lo general, cuando el perro ya ha vomitado varias veces y no tiene nada en el estómago cambia el color de la espuma del vómito a amarillo, verde o marrón. Esto nos indica que contiene bilis. Las causas pueden ser muy diversas: el estrés, una sustancia que no puede digerir o una intolerancia alimentaria.
Otra de las causas del vómito, esta vez con diarrea, puede ser una indigestión o una obstrucción del tracto. Si a eso le añadimos sangre en las heces del perro, es momento de consultar a un profesional.
A veces los perros tienen gastritis (inflamación de las mucosas del estómago), como nos pasa a los humanos, y el vómito suele ir acompañado de diversos síntomas que pueden indicarnos dónde está realmente el problema. Es el veterinario el que localizará la causa: desde un virus estomacal a que el perro se haya comido una planta tóxica o incluso se haya torcido el estómago en uno de sus juegos.
Para la gastritis, los veterinarios suelen recetar el lavado de estómago del animal, además del ayuno temporal, para que se purgue adecuadamente. Hay que vigilar la gastritis en los cachorros, especialmente, ya que se deshidratan y pierden vitaminas y minerales importantes como el cloro y el potasio. El tratamiento de las gastritis en perros, sobre todo las que son víricas, sigue unas pautas parecidas a las de los humanos. Hay que esperar a que desaparezca, normalmente a las pocas horas, y darle el tratamiento antiemético que el veterinario haya prescrito.
Es importante fijarse también en la composición del vómito: con o sin alimento. Cuando no hay alimento, y nuestro perro tiene un comportamiento extraño (bebe más de lo normal, no come) podemos estar ante un fallo renal o hepático. Por ese motivo, a los perros de cierta edad (más de siete años) se les debe someter a controles veterinarios más frecuentes.
El perro ha perdido el apetito. La tos es seca y ronca, y nos asusta porque al animal le cuesta mucho respirar. Le sigue el vómito.
Aquí estaremos quizá ante una afección cardíaca de nuestro mejor amigo. Podría ser que su corazón hubiera empezado a aumentar de tamaño y no estuviera cumpliendo bien su tarea, debido a la acumulación de sangre en las cámaras (si no ha circulado adecuadamente). En este caso, este corazón cada vez más grande comprime la tráquea, la irrita, y le provoca la tos y el vómito de una espuma blanca con aspecto de clara huevo batida.
No es desde luego el único factor para esta dolencia del perro. Podrían detectarse insuficiencias cardiacas, músculos ventriculares que se vuelven más gruesos, estenosis, colapsos traqueales. Es el veterinario el que dirá lo que hay que hacer y recetará un medicamento (dieta específica, diuréticos, antihipertensores).