El pelaje de nuestra mascota da mucha información sobre su salud: un perro con el pelo cuidado no solo es un perro bonito, sino que habitualmente también es un can sano. Si vemos que su pelo empieza a estar sucio y apagado, debemos dar la voz de alarma y buscar dónde está el problema.
No siempre es fácil conseguir que el pelaje de nuestra mascota esté perfecto, especialmente si tiene el pelo largo. Usar los mejores productos, desenredar los nudos con cuidado y secar bien a veces no es sinónimo de éxito. ¿Qué podemos hacer entonces? En ese caso, lo más importante y efectivo será cambiar algunos aspectos de su dieta. Tan sencillo como eso; lo que comen tiene un impacto enorme en su aspecto.
La alimentación que le damos a nuestras mascotas no siempre es la mejor para su pelo; por eso, en Yasss te traemos algunos productos que le llenarán el estómago y mejorarán su apariencia, así como la mejor forma de incluirlas en su dieta.
Somos lo que comemos… y nuestros perros también. Cuidar su alimentación es importantísimo, pero adaptarla a las etapas que están viviendo lo es tanto o más. Como nosotros, nuestras mascotas no siempre necesitan los mismos nutrientes y vitaminas, y debemos cambiar su dieta en función de lo que su cuerpo pida. En ese sentido, el pelo puede ser un buen indicador, como recuerdan desde la web especializada Experto Animal.
Si compruebas que el aspecto de su pelaje no es el más adecuado, lo mejor es ir a su veterinario para que le haga una revisión. Mientras tanto, puedes probar a darle estos alimentos:
La alimentación es fundamental, pero tener una buena rutina de belleza para tu perro también es importante. Asegúrate de que el champú que usáis es el adecuado para su pelo, y que el pH del mismo no le está afectando a la piel. Trata de peinarle frecuentemente, para retirar los cabellos muertos y favorecer el aspecto de su pelaje, y visita al veterinario para que te aconseje sobre la alimentación del animal y su estado de salud.
Solo un profesional podrá descartar patologías que pueden estar afectando al pelo de tu perro, como las alergias (que provocan alteraciones y enrojecimiento de la piel, irritación o sarpullidos) o una predisposición genética a los problemas dermatológicos. Es el caso de algunas especies, como los bulldogs, los caniches o los dálmatas, más propensos a sufrir afecciones en el pelo y en la piel.