Estamos sufriendo ya algunos de los días más calurosos de este verano 2020: en muchos puntos de España, los termómetros marcan desde hace algunas semanas cifras por encima de los 40º c. Si para nosotros son temperaturas duras, imagínate para nuestras mascotas, la mayoría de ellas recubiertas de un pelaje que en invierno les protege del frío, pero que ahora les sobra.
Los animales son especialmente vulnerables a las olas de calor, ya que tienen un sistema termorregulador mucho menos eficaz que nuestra sudoración. Las mascotas no suelen estar adaptadas al clima de España, y es fundamental andar pendientes de ellas para que pasen estos días de calor lo más cómodamente posible. En Yasss te contamos cómo hacerlo.
En los días de calor, nadie tiene muchas ganas de hacer nada. Si no tienes nada mejor que hacer, te pasas las horas de la cama al sofá y del sofá a la cama, tratando de buscar la postura en la que menos roces con tu cuerpo otras superficies. A tu mascota le pasará lo mismo: la verás mucho menos activa, buscando zonas frescas o sombritas para descansar. En el caso de tu perro, quizás se levante y de vueltas, jadeando por la boca. No tienes que preocuparte: aunque parezca que se asfixia, esa es su forma de regular su temperatura corporal.
En los perros, hay razas especialmente afectadas por el calor. Las que tienen el morro chato, como los bulldogs y los carlinos, lo pasan particularmente mal con las altas temperaturas, y si les escuchas jadear conviene estar alerta. Si han estado sometidos al sol y al calor, asegúrate de que beben la suficiente agua y evita dejarlos encerrados en un coche o pasearlos durante las horas de más calor. Si podéis, no salgáis a la calle entre las 12 y las 17 horas.
¿Otro truco? En verano, es muy útil la regla de los cinco segundos. No, no hablamos de que se te caiga una patata al suelo y la puedas comer durante los siguientes cinco segundos (Fernando Simón no estaría muy orgulloso de ti), si no de sacar a tu perro a pasear y poner la mano durante ese tiempo en el asfalto. Si la puedes mantener sin problemas, no hay ningún problema, pero si te arde la palma de la mano, igual no es buena idea someter a tu perrillo a esas temperaturas. Las almohadillas de sus patas se pueden quemar, y es muy doloroso.
Por norma general, hay que tener un poco más de cuidado con nuestra mascota, pero nada exagerado o fuera de lo normal. Sí conviene estar pendiente de su hidratación y tratar de exponerle lo menos posible al sol. Asegúrate de que tu mascota tiene agua limpia y fresca por toda la casa, para beber cuando tenga sed. Trata de mantener los bebederos lejos de ventanas o el sol, para que no se caliente, y cambia el agua regularmente.
Si puedes evitarlo, intenta no poner hielo en su agua. Es cierto que a los animales no les suele gustar el agua caliente, pero tampoco especialmente fría, y puede que si está congelada la rechacen y no beban todo lo que deben. Es muy importante conseguir que tomen agua, ya que una deshidratación puede acelerar su ritmo cardiaco. Si no lo consigues con bebederos, puedes comentárselo a tu veterinario y cambiarle un poco la dieta, para que incluya alimentos ricos en agua como la sandía o el pimiento verde.
Si le ves sofocado, puedes mojarles un poco la cabeza, las patas y las zonas más peludas. Agradecerá el fresquito. Y, aunque no sea lo que más os apetezca en el mundo, tampoco podéis dejar de hacer deporte durante el verano. Evidentemente, las sesiones largas o muy duras están contraindicadas, y los juegos a las cuatro de la tarde no son la mejor opción. Pero podéis salir a un parque, a la sombra, y hacer recurrir a ejercicios en los que el agua sea la protagonista. Juguetes de agua, globos para perros, frisbees… cualquiera es una buena opción. Pasaréis un buen rato y no sufriréis tanto por el calor.