No importa lo que hagas, las mopas que compres o la cantidad de bayetas que tengas: si eres dueño de un perro, tu casa nunca estará limpia. Da lo mismo que pases la aspiradora cada dos horas o que friegues el suelo tres veces al día; tu perro encontrará la manera de dejar su huella (a veces, literalmente) en todas las esquinas de la casa. Eso en lo que se refiere a la limpieza del hogar, que la personal ya es otro tema al margen: desde el momento en el que el perro entre en tu casa, tus duchas serán la mitad de efectivas y su efecto durará tres veces menos. Por no hablar del tiempo y el esfuerzo que te llevará asearle a él.
En lo que respecta a los baños, con una ducha al mes será más que de sobra: todo depende del pelo y estilo de vida de tu mascota. Y aunque a ningún dueño le agrade particularmente empaparse en la ducha mientras baña a su perro, parece que hay cierto consenso en el hecho de que hacerlo es importante para su salud. Ahora bien, cuando hablamos de oros aspectos de su higiene, como lavarles los dientes, la cosa cambia. Muchos cuidadores ni siquiera contemplan que quitar el sarro de la boca de sus perros sea importante para su salud, aunque es un paso fundamental para prevenir enfermedades mayores.
Seguir un buen programa de cuidados dentales es importantísimo para el cuidado de nuestras mascotas. Por eso, en Yasss te traemos algunas pautas que os ayudarán a mantener los dientes limpios y sanos.
En general, un par de cambios en su dieta serán suficientes para mejorar la salud dental de tu perro y evitar casi al completo las enfermedades en esa zona. Por ejemplo, puedes empezar a incluir en su dieta los piensos secos, ya que mantienen limpios los dientes, o que al menos le ofrezcas galletas secas para evitar la acumulación de sarro y el mal aliento propios de las comidas húmedas. Puedes reservar estas últimas para ocasiones especiales; mejorará también sus digestiones.
Si tiene problemas específicos de acumulación de placa o halitosis, coméntaselo a tu veterinario y opta por los piensos creados puntualmente para prevenir este tipo de enfermedades. Además, cepilla los dientes y las encías de tu perro al menos tres veces a la semana, alguna más si tu perro es de raza pequeña o braquicéfalo, ya que tenderá a acumular más sarro. Estos animales son más propensos a las enfermedades dentales, así que vigílales con más cuidado. Trata también de acostumbrarle desde que es un cachorro; después puede ser una tarea un poco más difícil.
A la hora de escoger los juguetes para tu perro, elige siempre aquellos diseñados específicamente para ellos. Estos no les mellarán o desgastarán sus dientes en exceso, pero otros objetos, como las pelotas de tenis, pueden ser nocivas para su mandíbula. La misma recomendación sirve cuando hablamos de los huesos de ave, que pueden astillarse y provocarle heridas en la boca.
A la hora del cepillado, opta por una pasta dentífrica específica para ellos, comestible y sin componentes agresivos para su boca. Piensa que tu perro puede tragarse el dentífrico sin darse cuenta, por lo que lo mejor es optar por una sin componentes abrasivos o tóxicos para ellos. En cuanto a la herramienta más útil para el cepillado, puedes optar por un cepillo pequeño (como los de las ortodoncias), un guante específico o incluso un paño. Lo mejor es empezar con el proceso progresivamente:
Con tiempo y paciencia, te harás con ello y tu perro lucirá una boca más sana. Dale margen para que se acostumbre y evita forzarle.