Los gatos son animales que se estresan con facilidad. Los cambios repentinos no suelen sentarles demasiado bien y, por eso, llevarles de viaje a veces no es el mejor plan. Pero, si tenemos un alojamiento adaptado, el coche preparado y una playlist lista, ¿por qué no hacerlo?
En Yasss te explicamos cómo puedes llevarte a tu gato de viaje este verano sin que suponga un problema ni se estrese demasiado. Basta con preparar el coche, colocar un transportín adecuado, hablar y poner música a volumen bajo, reducir la posibilidad de que se mareen y combinar feromonas con sedantes ligeros no peligrosos.
Para empezar, elegir un buen transportín es fundamental. Muchos veterinarios recomiendan los modelos rígidos y con rejillas, porque son más seguros en caso de accidente, pero en la tienda te asesorarán mejor.
Una vez lo tengas, basta con meter a tu minino dentro y colocar el transportín en el suelo del coche, detrás de los asientos delanteros. Asegúrate de que el minino tiene espacio para respirar y no le dan ni el aire acondicionado ni la calefacción del vehículo directamente. Si no es posible, puedes llevarlo en uno de los asientos traseros, enganchado por el cinturón. Asegúrate de que el transportín esté bien cerrado antes de arrancar.
Los viajes en coche siempre son estresantes para un animal. Para reducir sus niveles de ansiedad, puedes irle acostumbrando poco a poco, en recorridos pequeños que terminen con un premio comestible en su transportín.
Lo mejor es que el gato tenga un viaje tranquilo en coche. La música debe estar a un volumen bajo y las ventanillas subidas, para que no les asusten los sonidos de la carretera. Es posible que tu felino maúlle a lo largo del viaje: trata de calmarle hablando con un tono tranquilo y sin sacarle nunca del transportín.
Si hace mucho calor, puedes poner el aire acondicionado o los climatizadores, que no hacen mucho ruido y mantienen el vehículo a una temperatura más adecuada.
Se recomienda que, cada hora y media, el conductor del vehículo haga una parada y estire las piernas. Estos momentos son una situación perfecta para que el gato haga sus necesidades, preferiblemente en un arenero. Es muy importante que no salga del coche: implica peligros y, además, su aclimatación posterior al vehículo será muy agresiva.
Eso sí, nunca le dejes solo en el coche, especialmente en verano. La temperatura del vehículo puede subir muy rápidamente y hacer que tu mascota sufra un golpe de calor, que puede llegar a ser mortal. Asegúrate de que siempre lleve agua y haya alguien con él.
Antes de comenzar el trayecto, lo mejor será que visites a tu veterinario. Él o ella te prescribirán el sedante ligero que mejor le vaya a tu gato, y que contribuirá a que haga el viaje más calmado. Quizás te recomienden que vaporices el vehículo con feromonas sintéticas antes de salir: él te lo agradecerá.
Es posible que, a lo largo del viaje, tu gato se maree. Es una consecuencia más del estrés cuya probabilidad reducirás si llevas a cabo los pasos que te hemos dado. Intenta no hacer más cambios en sus rutinas: nada de quitarle la comida antes del viaje, ya que solo puede incrementar su sensación de malestar, ni mucho menos de acercarle a la ventana para que vea el paisaje. Cuantos menos estímulos reciba, mejor os irá a todos. Y seguro que, al final, agradecéis haber tomado esas vacaciones todos juntos.