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¿Por qué mi gato no deja de mordernos?: causas y soluciones de este trastorno tan habitual en felinos

  • Los gatos son animales con un instinto cazador fortísimo, y sus uñas y dientes son sus mejores herramientas: que muerda o arañe entra dentro de lo normal. Pero, si lo hace en casa, puede convertirse en un problema para la convivencia.

Tu casa va a dejar de ser un apartamento de cuarenta metros cuadrados en un quinto piso para convertirse en una selva urbana. Lo decidiste durante la cuarentena y ahora, casi medio año después, estás comprometidísimo con la idea: las antaño tristes esquinas de tu salón son ahora el hogar de cuatro ficus estupendos, las estanterías brillan con tus flamantes orquídeas, y no hay pulgón que se atreva a habitar los coloridos geranios de tu balcón. Convives con decenas de plantas a las que mimas y cuidas con todo tu cariño… aunque no puedas decir lo mismo de tu gato.

¿Tu minino la ha tomado con tus plantas? Bienvenido al club, al grupo de Facebook, a la mismísima asociación de víctimas: todos los cuidadores felinos han pasado por esto en algún momento de su vida. Si a un gato le da con una planta, no parará hasta destrozarla, y lo peor es que cuando te interpones en su camino, la paga contigo. Así que tienes dos opciones: o dejas que arañe la planta o permites que destroce tus preciosas manos.

Pero ¿acaso no hay una tercera opción? ¿Por ejemplo, conseguir que no muerda nada? Con paciencia y calma, desde luego que se puede. En Yasss te damos las claves para adiestrar a tu gato y conseguir que deje de hincarle el diente a todo lo que pilla: con un poco de suerte, siguiendo estas recomendaciones podrás recuperar el brillo de tus plantas en unas semanas.

¿Cómo adiestro a mi gato?

Vamos con la buena noticia: los mininos son mucho más fáciles de adiestrar que los perros, aunque sean estos últimos los que se han ganado la fama de dóciles. La mala noticia es que, para poder ponerle un tratamiento, antes hay que saber de dónde viene su problema, y no siempre es fácil identificar la motivación de un gato para morder. A fin de cuentas, se trata de depredadores naturales, y las uñas y los dientes son dos de sus herramientas principales cuando hablamos de salir a cazar.

Los mordiscos y arañazos son gestos de agresividad que pueden salir a la luz por motivos muy distintos. Si observas que ataca sin estímulo previo, como si no tuviese ninguna razón, es posible que se sienta mal o esté sufriendo una enfermedad: si observas este comportamiento durante varios días, lo mejor es que le lleves a su veterinario para que le haga una revisión médica. Una vez descartadas esas patologías, si la agresividad persiste podemos tratar de encajar los mordiscos en alguno de los siguientes motivos:

  • Agresividad por sobreexcitación durante el juego.
  • Agresividad por contacto indeseado, es decir, defensiva.
  • En el caso de que la esté tomando única y exclusivamente con tus plantas, lo más probable es que sufra problemas intestinales y acumule bolas de pelo en el estómago. Tu gato no se come las plantas por hambre, sino porque es la forma más intuitiva de tratar de reducir los dolores de estómago que le provocan las bolas de pelo en el intestino. Si es el caso, prueba a darle malta, compra hierba para gatos o, si la cosa se complica, llévale al veterinario para que acaben con su dolor.

¿Tienes ya claro en qué patrón encaja mejor tu gato? De no ser así, o no encontrar explicación en alguna de estas definiciones, lo mejor es que acudas a su médico o a un etólogo para que identifique su problema con mayor precisión. En ocasiones, solo necesitamos una mirada que venga de fuera para poder ver mejor lo que le ocurre a las personas que queremos, y con los animales puede pasar lo mismo.

¿Cómo consigo que mi gato deje de morder?

Una vez identificado el problema, toca poner en marcha la solución. Sea cual sea la motivación de tu mascota para arañar, es importante que hagas uso de tu voz y tu autoridad para evitar sus impulsos. No te pedimos que le regañes o que le grites, lo que puede resultar contraproducente, sino que uses un tono agudo y calmado para decir ‘no’ e indicarle que lo que está a punto de hacer no está bien.

Mientras, evita reforzar esos comportamientos, alejándote cuando tu gato te muerda o arañe, crea un entorno calmado y juega con él varias veces al día, para que se relaje y pierda parte de esa energía que quizás está canalizando como agresividad. Dale juguetes y concentra ahí su atención, pon un rascador a su alcance para que tenga las garras ocupadas y, si nada de esto funciona, llévale a un especialista para que puedan estudiar su caso particular. Quizás haya tenido una mala experiencia o esté enfermo, con el diagnóstico adecuado, la situación puede mejorar para todos.

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