No estamos acostumbrados a que perros y gatos sean los mejores amigos, sino más bien todo lo contrario. Por eso cada vez que esto ocurre nos llama muchísimo la atención. Incluso tenemos la frase hecha "llevarse como el perro y el gato" para hablar de dos personas que se llevan evidentemente mal. No obstante, como en casi cualquier caso, siempre hay una excepción que confirma la regla, y este es el caso de un gatito llamado Kiki.
Este gato americano fue a parar a una familia japonesa que ya tenía tres perros Shiba Inu antes de que él llegase y con los que se ha llevado de maravilla, según cuenta el medio 'Bored Panda'.
Esta pareja vive con tres shibas desde hace un año, pero ella quería también un gato, ya que tuvo uno cuando era pequeña, aunque su marido no estaba muy por la labor. De hecho, cuando le dijo que quería aumentar la familia, pero con un gato, a este no le hizo mucha gracia, ya que nunca le han gustado mucho estos animales; pero con el tiempo pudieron encontrar uno que les gustase a los dos y, lo más importante, de una raza que fuera muy compatible con sus tres perros. Al final, se decidieron por un pelicorto americano.
La pareja lo sabía, el momento más complicado de traer a Kiki a casa iba a ser el de conocer a sus nuevos "hermanos" los shibas, pero, para su sorpresa, desde el primer momento encajó de maravilla y ahora ha pasado tanto tiempo con ellos que actúa como uno más.
Desde que se conocieron, Kiki y los shibas lo hacen todo juntos, no se separan ni para echarse la siesta ni para irse a dormir cada noche. "Los shibas suelen ser silenciosos en casa, así que Kiki parece poder descansar cuando quiere con la mente tranquila. A veces Kiki hace ejercicio antes de irse a dormir y luego viene a acostarse con nosotros al dormitorio”, cuenta la pareja a 'Bored Panda'.
"A menudo oigo que los perros se acostumbran a los horarios de sueño de sus dueños y que los gatos se despiertan pronto y luego van a despertarte a ti aunque sean las 4 de la mañana, pero Kiki duerme con todos nosotros hasta que es de día", parece que este gato ha hecho todo lo posible por integrarse en su familia y lo ha conseguido, independientemente de su especie.
Pero esto no es todo, para la dueña de estos animales la mayor muestra de amor y compañerismo la hizo uno de sus Shibas cuando otro perro comenzó a ladrar a Kiki. Saki, el Shiba, le respondió con un ladrido para proteger a su "hermanito". "En ese momento, entendí que se habían convertido en verdaderos compañeros", cuenta la "mamá" de esta peculiar familia.
Ahora, puede que por lo sorprendente que es la buena relación entre los perros y el gato o por lo adorables que son, los animales se han hecho muy famosos en Instagram, red social donde tienen una cuenta conjunta a la que siguen más de 190.000 personas.
En esta cuenta sus seguidores pueden ver tanto la buena relación que tienen las mascotas, como todas las aventuras que vive a diario esta familia.