Cuando pensamos en la NASA, muchas veces nos imaginamos a la agencia espacial como un ente con una sabiduría superior a la de los mortales, capaz de resolver cualquier enigma que se le ponga por delante o de inventar cualquier movida digna de una película de ciencia ficción. ¡¡Son los que pusieron a un hombre en la Luna!! Pero, sentimos deciros que eso no es así. La NASA no es como Dios, con infinita sabiduría e infalible. Es mejor todavía, porque, cuando falla, no tiene ningún problema en pedir ayuda, ¡y ofrecer un buen dinero por ella!
Ahora mismo, el 'gran enemigo' contra el que no saben cómo actuar es el polvo lunar, una sustancia abrasiva que está causando daños en todos y cada uno de los vehículos espaciales y los trajes de los astronautas. La NASA, a pesar de llevar años intentando poner solución a este problema, no ha conseguido dar con la clave y, ahora, ha decidido pedir ayuda a través del reto Big Idea (Breakthrough, Innovative and Game-Changing (BIG) Idea Challege), para ver si a alguien se le ocurre algo que ellos no hayan sido capaces de ver.
Encontrar una solución es muy necesario para ellos, no solo por lo perjudicial para los materiales que es esta sustancia, sino también porque podría ser letal en el caso de conseguir alojarse en los pulmones de los astronautas.
El reto Big Idea no es ni más ni menos que un llamamiento a los estudiantes universitarios para que estos ayuden a resolver el problema del polvo lunar durante el desarrollo del programa Artemis, una misión espacial mediante la cual la NASA pretende hacer llegar a la primera mujer y a otro hombre a la Luna en 2024.
Esta solución al problema del polvo lunar, para ser válida, tiene que incluir la respuesta a cómo prevenir y eliminar el polvo lunar durante los alunizajes, una mejoría de la resistencia y la tolerancia de los trajes espaciales y, por supuesto, tiene que ayudar a controlar la cantidad de polvo lunar en el espacio de trabajo. Vamos, que estos "deberes de verano" que ha puesto la NASA no son un cuadernillo de mates. Aquí se viene a currar y a poner en práctica muchos conocimientos, por eso pagan lo que pagan.
Además, para que este reto sea dinámico y efectivo, se llevará a cabo como si fuese una competición y se seleccionarán a 10 equipos de entre todas las propuestas. A los ganadores de esta competición se les recompensará con un premio que va desde los 50.000 hasta los 180.000 dólares.
Pero, ¿cualquier grupo de estudiantes puede participar? No, los estudiantes tienen que estar cursando sus estudios universitarios en alguna universidad norteamericana que esté acreditada por la NASA. Además, tienen que agruparse en equipos de entre 5 y 25 personas, que no tienen que ser necesariamente estudiantes, puesto que también pueden juntarse con miembros de la industria espacial.
Los interesados tienen hasta el 25 de septiembre para enviar sus propuestas y participar en este nuevo reto de la NASA que podría lanzar el futuro profesional de estos universitarios hasta el infinito y más allá. Es más, según ha explicado el responsable del programa, Niki Wekheiser: "Las soluciones técnicas inmediatas son clave, porque la NASA podría estar interesada en incluirlas todas o parte de ellas en misiones futuras al espacio".
Y tú, ¿qué vas a hacer este verano?