Aunque la DGT lleva cerrada desde el inicio del estado de alarma, imposibilitando que nadie pueda hacer el famoso examen de conducir, lo cierto es que son muchos los que están aprovechando esta cuarentena para hacer test como locos, con vistas a presentarse al examen cuando esto acabe. También hay otro grupo, el que se sacó el carnet justo antes del confinamiento y, antes de poder mirar ningún coche, tuvo que encerrarse y pensar en la pandemia.
El examen de conducir es uno de esos trámites que te quieres quitar cuanto antes: nadie quiere hacer test como un descosido, lo que nos interesa es conseguir, por fin, la libertad que promete un volante a nuestro nombre. Por eso, y si estás aprovechando estos días para valorar opciones antes de comprar tu primer coche, en Yasss creemos que hay una serie de cuestiones a tener en cuenta para todo aquel que va a hacerse propietario de un automóvil por primera vez. Las contamos aquí.
Si tienes la suerte de vivir en un capítulo de ‘Mis superdulces 16’ y por tu cumpleaños te regalan dos BMW, ¡enhorabuena! Pero si entras dentro del común de los mortales, tu presupuesto para comprar un coche será limitado. En principio y más allá de la estética, la primera preocupación a la hora de comprar un coche debería estar relacionada con la seguridad. Los conductores jóvenes suelen tener incidentes los primeros años, así que esta debería ser una prioridad.
Lo mejor será elegir un vehículo sencillo, con el que se pueda poner en práctica lo que se ha aprendido en la autoescuela. En un primer coche, cuanto más fácil mejor. Piensa en el coche con el que hayas estado conduciendo en la escuela: será más fácil maniobrar con lo que conoces. Pero, además, ¿para qué quieres el coche? Si lo necesitas para desplazamientos con mucha gente, tendrás que buscar un vehículo más grande, pero si buscas uno para moverte por el casco antiguo de una ciudad, con calles estrechitas o pequeñas, cuanto más pequeño, mejor.
Luego está el eterno debate: ¿Coche nuevo o de segunda mano? Lo cierto es que ambas elecciones tienen sus más y sus menos, pero la que más pesa será siempre la cuestión económica. Mira qué se adecua más a tu presupuesto: igual, por lo que tienes, te compensa más buscar un vehículo de segunda mano y bien acondicionado que uno nuevo, casi sin prestaciones.
Un automóvil de segunda mano tiene muchas ventajas, sobre todo relacionadas con el precio. Pero, además, no hay que esperar a que lo monten, por lo que accederás a él mucho más rápido. También es más barato asegurarlo y se devalúa mucho menos que un coche nuevo. Sin embargo, siempre te quedará la desconfianza, las posibles averías y la antigüedad. Tampoco podrás configurarlo, es decir, no tendrás posibilidad de elegir el color ni las prestaciones.
Un coche no puede ser un pozo de dinero, a menos que tengas los ingresos suficientes para hacerte cargo de todos los gastos imprevistos. Si no es el caso, necesitarás una carrocería robusta y un interior sencillo y fiable. En el medio especializado Diario Motor, por ejemplo, recomiendan pensar “en motores diésel atmosféricos, o gasolina atmosféricos de baja cilindrada”. Y, si es posible, con una distribución por cadena, “o con suficiente margen hasta el próximo cambio de correa”.
Busca, en definitiva, un modelo duro, con piezas en el mercado que se puedan reponer sin problemas. Vaya, que el mantenimiento no pase de cambiar el aceite del motor y los filtros de turno, porque todo lo demás puede suponerte un desembolso de dinero del que quizás no dispongas a corto plazo.
Si al final optas por un modelo usado, comprueba un par de cosas antes de firmar el contrato. Independientemente de si le compras el coche a su antiguo propietario o en un centro de vehículos de segunda mano, deberás echar un ojo a los frenos y a los neumáticos: comprueba que los primeros funcionen eficazmente, y que estos últimos no estén muy desgastados o anticuados. Revista también los discos de freno: no deben tener surcos en la superficie.
Comprueba también que el coche esté en buena forma mecánica, más allá de los neumáticos y los frenos. Si tienes la oportunidad, puedes llevar el coche a un taller antes de comprar, para que ellos lo inspeccionen. Eso te dará mucha más seguridad a la hora de comprar el coche. Después, pruébalo: ponte al volante, averigua si te manejas bien con los controles, prueba el aire acondicionado, la calefacción y el equipo de sonido… Nunca adquieras un vehículo sin pasar antes por el asiento del conductor.
Al final, es una cuestión de matemáticas. Comprueba que, entre seguro, compra y mejoras te salen las cuentas, ¡y a disfrutar!