Ganar la lotería significa un giro de 180º en la vida de cualquier persona. La diferencia radica en cómo el o la ganadora termina administrando su nueva riqueza que puede desembocar en un éxito rotundo a raíz de inversiones y administración o en un total caos y desorganización. Este último ha sido el caso de Roger y Laura Griffiths, una pareja del Reino Unido que ganó 1.8 millones de libras (2 millones de euros) en 2005 y que asegura "estar peor que antes".
Hoy, 17 años después de que la "suerte" cayó a sus vidas, no tienen nada. La pareja brindó una entrevista exclusiva para el medio local The Sun y fue allí donde relataron los pasos que dieron durante todos estos años para llegar a una situación aún peor que la que tenían antes de convertirse en millonarios.
Pese a que aseguran que eran personas bien educadas y "de buena familia", lo cierto es que el dineral obtenido de un día para el otro hizo que "perdieran el norte", es por ello que desean demostrar que si esto les pasó a ellos "le puede ocurrir a cualquiera". "Ganar la lotería no es tan bueno como parece. La mayoría de las personas terminan peor de alguna manera u otra, y nadie simpatiza contigo porque ganaste el dinero en lugar de ganarlo. Ni siquiera he vuelto al punto de partida, estoy mucho peor que antes de la victoria", explicó Lara al periódico.
"Ambos venimos de buenas familias y tenemos una buena educación, pero no éramos ricos y no teníamos idea de cómo administrar una cantidad tan grande de dinero", comenzó explicando la señora. Apenas ganaron el gran premio, la pareja tenía la ilusión de dejar sus trabajos para disfrutar un poco de la vida con el dinero, pero dejando un monto para inversión y otro para ahorro señalaron: "El dinero causó mucha controversia desde el principio. La idea de Roger era que ambos dejaríamos nuestros trabajos y viviríamos del dinero, gastando muy poco. Mi plan era disfrutar un poco e invertir cuidadosamente el resto. Pensé que deberíamos reservar algo solo para gastar en cosas". Pero la tentación fue más grande.
Mansiones, coches de lujo, cirugías estéticas y vacaciones en hoteles 5 estrellas, son algunos de los factores que hicieron que los Griffith se olvidaran de su plan inicial. Roger se compró un Porsche descapotable por 28 mil libras, se mudaron a una mansión de 800 mil libras y enviaron a sus hijas a colegios de 10 mil libras al año.
A la vez, la mujer de Roger comenzó a gastar en muebles, joyas, coches, mientras que su marido se hizo cirugías estéticas como inyecciones de Botox y costosos blanqueamientos dentales: "Nos dijeron que no pusiéramos todos los huevos en una sola canasta, así que decidimos invertir en propiedades y negocios. Pensamos que lo estábamos haciendo todo bien", recuerda la pareja.
Entre otros gastos que decidieron hacer los Griffith es el de "perseguir sus sueños". Roger al dejar su trabajo quiso cumplir con el deseo con el que siempre fantaseó: ser una estrella de rock. Con una inversión de miles de euros en guitarras y 28 mil euros en grabar un disco que solamente tuvo 600 comensales, su fallida experiencia dejó enterrada una ilusión de toda la vida.
En este plano, también invirtieron en más de 200 mil euros en un negocio de spa que iba a ser manejado por Lara, pero la adquisición ocurrió al mismo tiempo que una crisis económica que acechaba el Reino Unido y las pérdidas fueron aumentando. Además, en ese momento, la pareja sufrió una tragedia ya que en vísperas del Año Nuevo del 2010 su casa se incendió y tuvieron que vivir en un hogar temporal durante 7 meses aumentando los gastos en lugar de los ingresos.
Pero lo peor ocurrió durante todo este tiempo de crisis en donde la relación entre Roger y Lara se fue deteriorando. Poco tiempo después su relación casi culmina en una infidelidad que no ocurrió, ya que una vez Lara pilló a su marido a punto de engañarle, pero con el tiempo logró perdonarle y pese a que ha generado broncas entre sus hijas, conviven en paz.
"El nuestro es realmente un cuento con moraleja. Ambos somos personas bien educadas que trabajaron arduamente para que nuestros negocios fueran un éxito. Si esto nos puede pasar a nosotros, le puede pasar a cualquiera", sentenció la mujer.