Xavi Daura es, el guapo de Venga Monjas, no, el otro. Y también es uno de los cómicos millennials más famosos de nuestro país. Con el duo que formó junto a Esteban, el guapo de Venga Monjas, lleva años subiendo vídeos a Youtube y haciendo giras con su espectáculo 'Da Suisa'.
A finales de 2019 publicó su primera novela, 'Bravo', editada por Temas de Hoy. Una novela con la temática más española posible: el fútbol. Pero, ¡cuidado! es una trampa.
La novela habla de fútbol, pero no va de fútbol. Y el libro, el objeto que tienes entre tus manos, parece muy español a primera vista, pero si levantas la portada, en tonos rojos y amarillos, te encuentras con un intenso tono morado en su interior: "El diseño de la porta es, claro, una referencia a la bandera española, pero la portadilla de dentro es morada Podemos, cierto. Pero eso es casualidad. Es porque la editorial Temas de Hoy está sacando una colección de libros que, si te los compras todos, puedes hacer un arco de colores. Es un detalle bastante friki, pero es casualidad". ¡Ah! Pues ya me quedo más tranquila.
¿Te gusta el fútbol?
No me disgusta, pero no soy futbolero. No me interesa mucho el fútbol en realidad. De hecho, cuando presenté la idea en la editorial en seguida me preguntaron si me gustaba, y yo les dije que no, y se rieron y me dijeron "bueno, pues a ver qué sale de aquí". Pero ha estado guay.
¿Y por qué un protagonista que sea entrenador de fútbol?
El personaje del entrenador de fútbol lo elegí porque para mí era la profesión ideal para que fuera un señor un poco arrogante, poderoso, pero sin darse cuenta del poder que tiene, y yo creo que esto es algo muy del fútbol. Al fútbol se entra de niño, los jugadores se profesionalizan muy jóvenes y creo que algunos no pueden asumir el poder que tienen a tiempo real, y eso para la comedia funciona muy bien. Necesitaba a alguien del fútbol de primera división.
¿A ti qué te gustaba cuando eras pequeño, si no era el fútbol?
Pues... un poco lo mismo que ahora. Me gustaban muchísimo las películas, y el juego de inventar historias. En el colegio yo era poco de jugar al fútbol, entonces yo tenía mi pandilla de tres o cuatro amigos con los que jugaba al escondite, o al polis y cacos. También jugábamos al tren de la bruja en los baños del colegio, que los convertíamos en un pasaje del terror. Así que esas tonterías, que implican cierta ficción, era lo que yo hacía. Un poco juego de rol y de estrategia, muy friki.
Se puede relacionar perfectamente con lo que haces en la actualidad en Venga Monjas
Claro. Es curioso, porque yo he sido de esas personas que ha tenido la cara dura de intentar alargar al máximo la diversión que tenía cuando era pequeño. Por eso me dedico a lo que me dedico. Cuando era adolescente yo quería dirigir películas, hacer cine. Y eso me llevó a conocer a Esteban, que era un poco como yo. Y nos pusimos a hacer cortos juntos y así surgió Venga Monjas. Para mí es como una forma, casi inconsciente, de estar muy conectado con mi niño interior. De hecho yo a veces tengo que simular lo de ser adulto. Estoy haciendo el papel de adulto en mi vida.
¿Qué has tenido que hacer para aprender sobre fútbol para escribir 'Bravo'?
En realidad la parte de documentación ha sido muy interesante. Me he leído un montón de entrevistas y he visto documentales de fútbol. He visto 'Informe Robinson', que me ha sorprendido, porque es un programa muy bueno y me ha dado como la poética del fútbol, la parte teórica. Lo más loco, quizás, ha sido verme algunos programas de 'El Chiringuito'. Eso es una mina. Yo me declaro un fan total de ese programa.
¿Por qué hacer una novela de fútbol cuando a la gente lo que le gusta es verlo?
No es una novela sobre fútbol, el fútbol es más el escenario sobre el que se mueve el personaje de Rafael Bravo. El fútbol hace entender muy bien los temas de fama, poder y masculinidad. Y ser español. Cualquier fantasía que te inventes puede ser verdad, o creíble, porque estás hablando de un seleccionador nacional.
¿Cuáles han sido tus referentes para crear el personaje de Rafael Bravo?
Sin duda, Bertín Osborne. Bertín es un personaje de Will Ferrell, parece creado por él. Haciendo documentación también he visto muchos programas de 'Mi casa es la tuya', y me han servido de mucho porque él es un tipo que de personalidad se parece mucho a lo que yo me imagino que es Rafael Bravo, y además su programa va de explicar anécdotas, así que es perfecto, porque la novela también es un hombre que explica los mejores momentos de su vida. Para pillar el tono del personaje, que el libro está escrito en primera persona, ver estos programas me iba de coña. Su lenguaje, su chulería...
Rafael Bravo también tiene algo de sátira y crítica sobre lo que se considera "ser español". ¿Cuáles son para ti los valores de un buen español?
Tener muchos cojones. Hablo de ser español hombre, claro. En España, por lo general, los hombres que destacan lo hacen poqrue le echan muchos huevos y hacen como mucha gala de eso. Y porque saben entretener a gente en un bar. Eso es algo que siempre he admirado mucho, porque a mí no se me da bien. Creo que esto es muy español. No digo que sea útil, pero sí creo que es así. Tomando notas para hacer la novela escribí una reflexión que me vino muy bien: "El español no reflexiona, solo reacciona". Y es una buena manera de definir al personaje. El conflicto viene cuando a Rafael, un buen español, le obligan a reflexionar. Le obligan a ir a terapia, y eso le descoloca un poco.
Hacer chistes también es muy marca España, ¿no te parece? ¿Cómo vives tú lo de ser un cómico español?
O incluso catalán, que conlleva muchos más matices. Yo lo llevo muy bien, lo de ser cómico español. Dentro de toda esta visión de lo que es el español típico de "a que no hay huevos", también se valora mucho el cachondeo, así que en España hay opciones para los humoristas para prosperar, y eso puede ser muy agradable. A mí una de las cosas que más me gusta como cómico es conectar con un público que no es MI público. Mi tipo de público más o menos ya sé cuál es, y una vez que ya me los he ganado y seguir actuando para ellos puede llegar a cansar, porque ya sabes cómo funcionan y qué les hace reír. Lo que me apasiona es, sin traicionarme a mí mismo, siempre haciendo cosas que a mí sí me hacen gracia, conseguir cautivar a un público distinto. Mi público es gente más o menos de mi edad, o más jóvenes, que les mola el humor de internet, y los memes y tal. Pues ahora quiero hacer reír a oficinistas de cincuenta años. Eso a mí me divierte mucho, intentar entender el país a través del humor. Que eso es algo muy bonitoque he descubierto haciendo las giras con Venga Monjas.
¿Notas alguna diferencia territorial en cuanto al sentido del humor? Contar el mismo chiste y que funcione muy bien en una región pero en otra no...
Sí, somos muy distintos. Por ejemplo, cuando vamos a Andalucía, allí son gente de risa fácil, se ríen en general, es un público muy agradecido. De hecho, en los propios bares hay un ambiente más de ponerse a hablar con el de al lado y estar toda una tarde partiéndose el culo. En cambio, en el norte no es así. En Barcelona somos más individualistas, la gente va más a su bola, y si los metes en un teatro y les haces un show se ríen, pero de otra manera. En Barcelona gusta más el humor negro, por ejemplo, chistes más retorcidos. Es muy bonito ver ese abanico de personalidades que tiene el país.
¿A qué personaje de la actualidad le dirías tú "bravo"?
Le diría "bravo" a Mariano Rajoy por querer ser el presidente de la Federación de Fútbol. Porque, de hecho, lo decían en 'La Vida Moderna', que igual Rajoy estaba desubicado en la política y aquí podría ser fantástico.
La trama sobre la que se asienta tu novela es un personaje que tiene que ir a terapia, y a mí eso me parece muy millennial
En el sentido en que, si cualquier persona se pone a escribir cualquier historia un poco larga, eso sacará a flote ciertas cosas de la cabeza de uno que a lo mejor no sabía que tenía. Cuando te pones a escribir aprendes sobre ti, y a lo mejor piensas "pues sí que es verdad que este problema del que quiero que hable este personaje es un problema mío". Y entonces te haces como un exorcismo, te quitas los demonios que tienes. A mí lo que me hacía más gracia de escribir este personaje era escribir como una serie de fantasías que yo me imagino sobre la vida de alguien que es rico, querido, pero todo muy absurdo. Me apliqué el "todo es posible en la vida de esta persona". Pero me puse a escribirlo y de repente vi cosas mías, y me hizo pensar "a lo mejor estas fantasías que reflejo aquí son esas que yo deseo".
Al final el mundo del fútbol y el de la comedia son parecidos. A los cómicos también se les permite hacer cosas locas y vivir de forma histriónica. La gran diferencia es que tú no eres rico.
No, no. De hecho, los futbolistas no es que tengan dinero, es que tienen poder. Más poder que algunos políticos. En España, el fútbol importa más que el procés, eso es así.
Si fueras asquerosamente rico y poderoso, ¿seguirías haciendo comedia?
Sí, seguiría haciendo humor y lo disfrutaría mucho más. Si tuviera este rollo de millonario seguiría haciendo espectáculos de comedia y tendría como este punto de no tener límites, de hacer bromas de cualquier locura y decir cosas que no se pueden decir. Me metería con gente poderosa. Por ejemplo, si te metes con la Familia Real te puedes buscar un problema legal. Pero si eres rico, tienes dinero para costearte abogados buenos, así que, tira. Para mí sería liberador. A más riqueza y más poder adquisitivo, pues organizaría cosas de comedia, alquilaría teatros y metería a cómicos que me gustasen a mí...
Si tuvieras que escribir un personaje tan generacional como Rafael Bravo pero para los veinteañeros, ¿qué profesión le pondrías?
Me imagino que lo haría influencer. Porque se parece mucho, tienen ese punto gracioso de que no tienen estudios... No digo que los influencers no tengan estudios, pero me lo imagino así. Como de catorce años y con un millón de seguidores. Me lo imagino como viviendo una vida que en realidad es una fantasía, es todo mentira, pero para él es verdad, porque es su día a día. Cosas como que allá donde va todo es gratis, a todo le pone un filtro de Instagram, iría por la calle haciendo retos virales...
Si Rafael Bravo fuera un meme, ¿qué meme sería?
¡Menuda pregunta! A ver, a ver... me sale decir el de Julio Iglesias, pero es que es muy básico. Pero Rafael Bravo tiene también un poco de Julio Iglesias. Pero, espera. Hay un capítulo en el libro en el que Bravo está en El Chiringuito y de repente todos le rodean y se sacan el pene. Una situación megaviolenta. Me imagino como meme una captura de pantalla de ese momento y que en cada uno de los genitales esté escrito como algún problema social, o algo de las noticias, y en medio, Rafael Bravo, representaría España.