"Los hombres también pueden estar embarazados", es el texto que reza uno de los carteles publicitarios que generaron polémica y una oleada de críticas en Francia, especialmente de la extrema derecha. La frase pertenece a una campaña que vela por la defensa de la educación sexual, la anticoncepción y el aborto que fue organizado por la organización 'Le Planning Familial'.
La imagen de la campaña ilustra a una pareja, un hombre abrazado a un hombre trans, es decir una persona a la que se le atribuyó el género femenino al nacer pero que se identifica con el género masculino, transitando un embarazo. Rápidamente, los revuelos y las críticas de la extrema derecha comenzaron a hacer eco en el ámbito político al punto de que varios funcionarios se pronunciaron al respecto. Incluso, el mismo Sebastién Chenu, el portavoz de la Agrupación Nacional (partido de extrema derecha) expresó su opinión sobre la campaña a través de su cuenta de Twitter: "Pero qué estúpido... y probablemente peligroso al final, esta obsesión por deconstruir todo", publicó.
Por el otro lado, otros mandatarios como la ministra delegada de Igualdad entre Hombres y Mujeres, Isabelle Rome, manifestaron su apoyo a la campaña de la organización quien consideró que es "una asociación histórica que es esencial para los derechos de las mujeres, el acceso a anticonceptivos y al aborto", y añadió a modo de respuesta directa hacia Chenu: "No dejemos que la extrema derecha avive el odio utilizando una campaña de comunicación que puedo entender que no logre un consenso".
Además de la extrema derecha, algunas agrupaciones feministas también demostraron indignación ante la campaña. Las activistas populares Marguerite Stern y Dora Moutot escribieron una carta abierta a la primera ministra de Francia Élisabeth Borne que fue publicada en la revista 'Marianne' en donde hablan sobre la ideología transactivista que quiso transmitir la campaña: "Afirmar que las mujeres no son necesariamente hembras y viceversa es una cuestión de creencias, no de biología", escribieron en la carta y explican que aquellas creencias "no tienen cabida en las instituciones a las que se confió misiones de servicio público".
Ante la respuesta negativa de una parte de la población francesa por el cartel, la organización denunció que había recibido un sinnúmero de ataques "muy violentos" a través de redes sociales por parte de las agrupaciones de extrema derecha y se defendió al decir que la campaña contenía un mensaje de acogida inclusiva sin importar la identidad de género.