Hay niños que tienen madera de emprendedores desde que son muy pequeños. Este es, por ejemplo, el caso de un adolescente de 14 años que ha montado su propio negocio en el patio del colegio, el cual le ha funcionado de maravilla.
Ha sido la madre del joven la que se ha percatado de que algo estaba tramando su hijo cuando descubrió que este tenía mucho más dinero del que debería, según la paga que le dan mensualmente: "Tiene más dinero en efectivo de lo que permite su cartera", ha explicado la madre en el foro de internet Mumsnet, en el que padres de todo el mundo buscan consejos y comparten las historias de sus hijos.
Al descubrir tal cantidad de dinero decidieron interrogar al joven, que terminó confesando a sus padres que habían montado su propia "tienda" de golosinas en el patio del colegio. Durante los descansos y en la hora del almuerzo el joven se dedicaba a vender dulces y chocolatinas que había comprado esa misma mañana en una tienda de golosinas.
Su manera de hacer negocio era la siguiente, cada mañana compraba golosinas en una tienda que le pillaba de paso para ir al instituto y allí las vendía a otros niños por el doble de lo que a él le habían costado.
Cuando sus padres descubrieron su pequeño negocio, este llevaba vendiendo golosinas alrededor de tres semanas, ya tenía hasta clientes habituales y prácticamente todos los alumnos sabían que si querían comprar dulces solo tenían que buscarlo a él. De esta manera, había conseguido ganar unas diez libras al día (es decir, casi 12 euros), una cifra que dejó sin palabras a sus padres.
Lo que muchas personas se han preguntado al leer esta historia es por qué los adolescentes no hacen como este joven y pasan por la tienda antes de entrar a clase para comprar golosinas por la mitad del precio al que este las vende y la respuesta tiene que ver esencialmente con cómo estos van al instituto.
"Muchos acuden a clase directamente desde un autobús que les recoge en la puerta de su casa y no tienen tiempo para comprar los dulces. Por eso, han comenzado incluso a hacerle encargos al joven", explica la madre en el foro.
Es más, uno de los problemas con los que se ha encontrado el joven en su aventura como vendedor es que su espacio en la mochila era muy limitado, así que decidió buscar dulces más pequeños y de mayor valor para así poder vender más y a un precio mayor. Está claro que este niño entendía el negocio a la perfección.
Cuando los padres del joven descubrieron lo que estaba haciendo su hijo le pidieron que dejara de vender estos dulces, ya que temían que este negocio pudiera enfadar al colegio o a los padres de otros alumnos.
Sin embargo, cuando la madre del niño ha contado esta historia en el foro han sido muchos los padres que han aplaudido el ingenio del joven. Además, no existe ninguna regla en el colegio que prohíba este tipo de actividad.