A mediados del mes de junio (cuando aún no habían empezado siquiera los meses vacacionales por excelencia) una tiktoker de Mallorca publicó un vídeo en su cuenta en el que se hizo viral y donde pedía a los usuarios de las redes que dejasen de publicar las ubicaciones de las calas mallorquinas. "Por cuatro likes de mierda os estáis cargando el ecosistema de la isla; un ecosistema que cuesta mucho mantener", decía la joven autóctona , indignada por la masificación de un turismo que no había hecho más que comenzar.
Las cuatro olas de calor que ya se han registrado este verano han llevado a los turistas a lanzarse a las playas españolas, aunque esto suponga un problema para unas ciudades costeras que, si bien están encantadas de recibir al turismo, no están preparadas para la superpoblación. Los mallorquines, desesperados por la presencia de tantos 'guiris' en los meses de julio y agosto, han ideado una divertida forma de persuadirlos y evitar así la masificación de las calas.
En la entrada de varias playas, han puesto carteles con mensajes en inglés con los que pretenden disuadir la entrada de los extranjeros. Son del tipo: "Atención: 2 horas y 53 minutos caminando hasta la playa", "Cuidado, medusas peligrosas", "Peligro de desprendimiento de rocas en la playa" o un simple rótulo de "Playa cerrada".
Y, debajo de estos mensajes, ya en mallorquí, ponen la verdad de la situación de cada cala: "No hay ni medusas ni guiris", "No hay peligro de desprendimiento, sino de masificación", "La playa está abierta" o "Entra y disfruta de tu chapuzón desnudo sin guiris". para que los habitantes de la isla estén al tanto de la broma.
Con tales advertencias, estamos seguros que muchos extranjeros, que desconocen la isla por completo, se darán la vuelta, ¡siempre que no entiendan también el catalán, claro!