Cualquier ciudadano que viaje de su país a otro continente sufre, en mayor o menor grado, un shock cultural. El distinto idioma, las costumbres sociales o, incluso, los horarios de las comidas resultan extraños para unos turistas que viven en otra realidad o rutina. Y si hablamos de Japón, ese choque mental se agranda mucho más. La diferencia entre un ciudadano español y un japonés puede ser abismal en todos los sentidos y esta tiktoker lo sabe muy bien.
Nuria estuvo viviendo en Japón y, ahora que ha vuelto a su casa, ha recordado todas las cosas que le alucinaron durante su residencia en Oriente. Tirando de carrete, ha recuperado vídeos y fotos para documentar lo que más le chocó de una sociedad tan tímida, ordenada y centrada en el trabajo como la japonesa. En un primer vídeo, hizo una lista con lo más importante:
Lo primero que le llamó la atención es que allí, "todos los móviles suenan al hacer fotos" aunque esté el sonido bajado o desconectado, suenan. "Esto es para evitar que se hagan fotos desprevenidas a las chicas debajo de las faldas. Yo me compré un Iphone allí y sonaba todo el rato al hacer fotos pero, cuando volví a España y cambié de IP, eso se quitó", explica la española. Por la misma protección de las féminas, en los trenes hay vagones SÓLO PARA MUJERES, con el fin de que se sientan protegidas en las horas punta, donde el roce dentro de los trenes es inevitable".
Nuria dice que es "súper normal" ver a la gente dormida en el metro o en el transporte público. "Trabajan tanto que se quedan dormidos en cualquier parte", observa la tiktoker acertadamente, pues en Japón existe un síndrome relacionado con la muerte por el exceso de trabajo llamado Karoshi. Otro detalle: las anillas del centro de los vagones están adaptadas a distintas alturas, porque los "abuelitos japoneses", que son más bajitos, se quejaron. Y, siguiendo con el transporte, que da mucho juego en Japón, la española alucinó con la decoración de los vagones:
"Los japoneses lo decoran todo. Todo lo brandean. En los trenes hay dibujos de ciervos y hay algunos que son todo de Hello Kitty, por dentro y por fuera. Hasta tienen una tienda de Hello Kitty dentro del tren. También vi decoradas hasta las vayas de las obras en la calle, lo decoran todo". Por último, Nuria ha contado lo que más le contó a la hora de adaptarse: "Allí, las semanas empiezan en domingo. Los calendarios van de domingo a sábado y me volví completamente loca".